Bajo la danza El Centro de mi Vida, cinco libras de harina, una biblia, la jarra y los anillos, se casó por la iglesia evangélica Jorge Calixto Valle Rugama, quien vivió una hora de zozobra y terror, por la tardanza de la novia, la afortunada Carla Antonieta Herrera Arauz.
La ceremonia estaba prevista empezar a las cuatro de la tarde, pero Carla Herrera llegó una hora después a la Iglesia Centro Evangelístico, ubicada en el Barrio Monseñor Lezcano, donde reinaba la especulación alrededor de la tardanza.
Ya con los ánimos calmados, la novia caminó hacia el pastor sobre una hermosa alfombra roja, que al final fue recibida con ansiedad por el novio Jorge Clixto Valle, quien no pudo ocultar su satisfacción, y a la vez con una mirada de reproche o regaño.
El amarre eclesiástico estuvo a cargo del Pastor Norberto Dávila, quien recordó a los “perdidos enamorados” apropiarse de cuatro principios para que su unión sea hasta el final.
Para que el matrimonio tenga éxito, deben respetarse el uno al otro, sumergirse en la palabra de Dios, la fidelidad de la pareja y el cuarto principio mantener constante comunicación, señaló el pastor Norberto Dávila.
Estos principios deben ser acogidos por el corazón de los enamorados, es decir, Calulo y Carla, sentenció el Pastor.
Luego de un sepulcral silencio se escuchó “Si acepto”, ante el cuestionamiento de rigor: Jorge Calixto Valle acepta por esposa a Carla Herrera Arauz.
Una vez terminado el servicio religioso, Jorge Calixto Valle y Carla Antonieta Herrera Arauz, sellaron el pacto con un apasionado beso.
Posteriormente seguido de centenares de invitados, los novios se trasladaron al ranchón Tiscapa, lugar de la recepción, donde saciaron el hambre y la sed, luego de aguantar más dos horas de ceremonia nupcial.