Alicia Villarreal, una de las voces más emblemáticas de la música regional mexicana, enfrenta un proceso legal que ha captado la atención pública.
Este conflicto involucra a su exesposo, Cruz Martínez, quien recientemente contrató a Camille Vásquez, la reconocida abogada que ganó notoriedad internacional al representar a Johnny Depp en su juicio contra Amber Heard.
La presencia de Vásquez en el caso ha añadido un matiz mediático, pero Villarreal ha dejado claro que no se siente intimidada.
En declaraciones recientes, Villarreal afirmó con determinación: «No me intimida nada, estoy simplemente haciendo lo que debo hacer por la vía correcta».
La cantante subrayó que su lucha no es un espectáculo, sino una búsqueda de justicia que afecta directamente a su familia.
Este proceso, según ella, no es la primera vez que denuncia situaciones similares, lo que demuestra su fortaleza y compromiso con la verdad.
El caso tomó un giro inesperado cuando, durante un concierto en febrero, Villarreal utilizó la señal internacional de auxilio por maltrato doméstico, un gesto que alertó a sus seguidores y a la prensa.
Poco después, presentó una denuncia formal contra Martínez, acusándolo de violencia familiar, lo que resultó en una orden de restricción como medida de protección.
Por su parte, Cruz Martínez ha expresado confianza en que la verdad prevalecerá.
Vásquez, su abogada, ha defendido públicamente la inocencia de su cliente, argumentando que Martínez ha permanecido en silencio durante años para proteger a su familia.
Mientras tanto, el proceso legal continúa, con ambos lados presentando pruebas y argumentos en busca de una resolución justa.
Este caso no solo pone en el centro de atención a dos figuras públicas, sino que también resalta temas importantes como la violencia doméstica y la búsqueda de justicia en situaciones complejas.
Villarreal, con su postura firme y su voz inquebrantable, se ha convertido en un símbolo de resistencia y valentía para muchas personas.