Hoy se cumplen 34 años desde que el mundo perdió a una de las voces más poderosas, carismáticas e inolvidables de la historia del rock: Freddie Mercury.

El líder de Queen, fallecido en 1991 a los 45 años, dejó una huella imborrable en la música y en la cultura popular.
Nacido como Farrokh Bulsara en Zanzíbar en 1946, Freddie Mercury desafió convenciones desde sus primeros pasos en la música.
Su estilo extravagante, su rango vocal de casi cuatro octavas y su presencia escénica magnética lo convirtieron en un ícono global.
Con Queen, creó himnos eternos como: “We Are The Champion”, “Bohemian Rhapsody”, “We Will Rock You”, “Somebody to Love” y “The Show Must Go On”
Cada una de estas canciones sigue resonando en estadios, películas, y corazones, décadas después de su lanzamiento.
Freddie Mercury no solo fue un artista excepcional, sino también un símbolo de libertad, autenticidad y valentía.
Su decisión de hablar públicamente sobre su diagnóstico de VIH/SIDA, apenas un día antes de su muerte, marcó un antes y un después en la visibilidad de la enfermedad y en la lucha contra el estigma.
En 2018, su historia volvió a cobrar vida con la película Bohemian Rhapsody, que lo presentó a nuevas generaciones y reafirmó su lugar en el panteón de los grandes del rock.