La restitución del ferrocarril en Nicaragua se hace cada vez más imperativo, porque en la medida que aumenta el desarrollo económico del país se impone la necesidad de trasladar de una región a otra miles de toneladas de productos y un número alto de pasajeros, ya sean nacionales o turistas que buscan lugares de recreación.
Y se habla de restitución y no de creación, porque durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro se desmanteló, en el año 2005, ese medio de transporte, vendiéndose las locomotoras y rieles como chatarra, mientras se desconoce el destino de los llamados durmientes, que son las traviesas de madera, sobre las cuales se fijan los rieles para formar el caminito de hierro. Esos polines, como también se les conoce, suman miles de metros cúbicos de madera, la cual es dura por cierto, indican medios de prensa nacionales.
Observadores locales considera la posibilidad de la existencia de intereses personales de por medio, pues consejos de entidades financieras internacionales recomendaron desmantelar el ferrocarril y crear una red de carreteras que sustituyera el ferrocarril para mover mercancías y pasajeros mediante el uso de otros medios terrestres.
Lo cierto es que desde el 25 de diciembre de 1883 se inició el recorrido sobre carros tirados por una locomotora, la cual llamaron Managua, que recorrió aproximadamente una milla con varios vagones llenos de personas.
Como es lógico este medio se fue ampliando y llegó a convertirse en una vía muy económica y fundamental para el comercio, pues en Granada todavía están los rieles empotrados en el cemento que llegan hasta los mismos muelles, hasta donde transportaban mercancías que se trasladaban al resto del país o hacia el extranjero.
Pero estos tiempos requieren nuevamente del ferrocarril, pues el combustible se encarece a precios muy altos, mientras los productores de alimentos tienen que trasladar sus grandes cosechas mediante carreteras y caminos, que en lugares más apartados se hacen intransitables en períodos lluviosos.
Pero además, el transporte sobre rieles, como también se le dice, no solo podría utilizarse para el traslado de alimentos dentro del país, sino para trasladar a pasajeros , a mejores precios, a ciudades, poblados y centros turísticos, con beneficios para amplios sectores de la sociedad.
En recientes negociaciones del gobierno de Nicaragua con el de la Federación de Rusia se planteó la colaboración por parte del país euro-asiático para construir una red que deje establecida la comunicación por ferrocarril desde el Atlántico hasta el Pacífico, atravesando el país, un viejo sueño que podría hacerse realidad en estos tiempos.
El desarrollo de la ciencia y la técnica nos permite pensar que si antes esa distancia era quizás prohibitiva para locomotores de vapor, ahora veloces equipos pueden convertir esa vía en una atrayente opción económica, segura y rápida para trasladarse de un lugar a otro con cargas de mercancías, que podrían llegar más baratas a su destino.
Ya las gestiones están iniciadas y pronto podrían tenerse más y mejores noticias de este proyecto, el cual beneficiaría a todos los nicaragüenses, unos porque tienen necesidad de trasladarse de un lado a otro del país, otros porque pueden vincularse con lugares de turismo, una industria que se desarrolla a buen paso, mientras que la mayoría podría recibir mercancías más baratas, por disminuir los costos de transportación.
Por suerte, ya no existe un gobierno neoliberal que pueda dañar a la gran mayoría de la población por satisfacer ciertas conveniencias de unos pocos.
Además, está la presencia de un país amigo con mucha experiencia y tecnología en este tipo de transporte con disposición de colaborar con esta nación centroamericana, que se ha impuesto el desarrollo socio-económico como premisa del presente.