Laura Arber acudió al local de la cadena McDonalds en Aldershot, Reino Unido, junto con tres de sus hijos a recoger un pedido de comida. Al llegar a casa, empezaron a comer y es cuando se dio cuenta de que su hija Maddie, de seis años, se estaba ahogando. Acababa de ingerir un nugget de pollo. Laura tuvo que meter los dedos en la boca de su hija para forzarla a extraer la comida. Es entonces cuando se dio cuenta de que dentro del nugget de pollo había lo que parecía una mascarilla quirúrgica.
“Era una mascarilla, y estaba completamente cocida dentro del trozo de pollo”, explica la madre a la BBC. “Primero no pude ver lo que era, pero miré dentro de la caja de nuggets y vi que había algo azul que sobresalía de dentro de otra de las piezas. Era una mascarilla, cocinada, como si fuese un chicle. Asqueroso. Si no hubiese estado en la habitación, no sé lo que hubiese sucedido”.
Laura explica que tras el incidente regresó al establecimiento de McDonald’s para hablar con el responsable, quien le explicó que los nuggets no se preparaban en sus cocinas. Tras recibir estas explicaciones, la madre ha querido advertir al resto de padres: “solo porque diga Happy Meal no significa que sea seguro”.
Desde la cadena de comida rápida han querido dar explicaciones sobre lo sucedido: “en el momento en el que nos enteramos de lo sucedido abrimos una investigación con el proveedor de los nuggets y hemos tomado las acciones necesarias para que cualquier producto de este proveedor sea retirado de nuestros restaurantes”, ha indicado un portavoz de McDonald’s.