Se cumplen 53 años de que el astro del béisbol Roberto Clemente ofrendó su vida por Nicaragua

Mañana miércoles se cumplen 53 años de que el pelotero puertorriqueño Roberto Clemente Walker perdió la vida en un accidente aéreo cuando trasladaba ayuda para los damnificados del terremoto de Managua.

Roberto Clemente: 53 años de su legado eterno. Imagen mejorada con IA
Roberto Clemente: 53 años de su legado eterno. Imagen mejorada con IA

El jugador de las Grandes Ligas, de 38 años, murió la noche del 31 de diciembre de 1972 cuando el avión en que viajaba cayó al mar a una milla naútica de la costa, tras despegar del aeropuerto de San Juan, en Puerto Rico.

Clemente había participado como director de la Selección de Puerto Rico en la XX Serie Mundial Amateur de Béisbol que se llevó a cabo en Managua del 15 de noviembre al 5 de diciembre de 1972.

Durante su estancia en Nicaragua, el big leaguer quedó enamorado de nuestro país y al saber que un terremoto había destruido Managua el 23 de diciembre, se movilizó en Puerto Rico a recolectar ayuda para las víctimas.

Fue tan extraordinaria la respuesta que obtuvo el pelotero de los Piratas de Pittsburgh, que incluso después de enviar varios aviones de carga a Managua aún había suministros que quedaban por trasladar a Nicaragua.

En ese momento Clemente fue contactado por Arthur Rivera, quien ofreció los servicios de su avión de carga DC-7 para realizar el traslado por un monto de 4 mil dólares a pagarse cuando regresara a Puerto Rico tras cumplir la misión.

Por ley, Rivera debía proporcionar un piloto, un copiloto y un ingeniero de vuelo. Sin embargo, solo pudo contratar al piloto Jerry Hill, se designó como copiloto, a pesar de no estar certificado y no encontró un ingeniero de vuelo.

Clemente desconocía que el avión DC-7 había estado involucrado en un accidente 29 días antes, cuando una pérdida de potencia hidráulica provocó que la aeronave se saliera de la pista y cayera a una zanja llena con agua.

La aeronave terminó de cargarse el 31 de diciembre y Clemente decidió acompañar el vuelo, después de saber que sus envíos anteriores no habían llegado a los damnificados, al ser robados por el gobierno de Anastasio Somoza.

A las 9:20 de la noche el avión despegó con más peso del establecido y no pudo ganar la altura necesaria. Tres minutos después, la torre de control recibió un mensaje del avión anunciando que regresaba. Fue lo último que se supo.

Después que la aeronave se estrelló en las aguas, ni la nave ni los tripulantes fueron encontrados.

En sus 18 temporadas en Grandes Ligas con los Piratas de Pittsburgh Clemente logró cuatro títulos de bateo, y un premio de «Jugador Más Valioso» tras ganar 12 guantes de oro y ser 12 veces jugador estrella en las Grandes Ligas en 1966.

Bateó de por vida para 317, fue seleccionado 12 veces al Juego de las Estrellas e igual número de ocasiones fue galardonado con un «Guante de oro» en las Grandes Ligas, por su excelente defensa.

Tal fue su excelencia defensiva que en 1958 sacó a 22 corredores para ganar el primero de un récord de cinco títulos de asistencias.

En 1972 se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en la historia de las Grandes Ligas en conectar 3,000 imparables, cifra que automáticamente lleva a cualquier jugador al Salón de la Fama.

En 1971 las Grandes Ligas creó el «Premio del Comisionado», que se entregaría anualmente al jugador que fuera seleccionado por su carácter admirable y sus contribuciones caritativas a la comunidad.

No obstante, tras la muerte de Clemente el nombre del premio cambió al «Premio Roberto Clemente», que se entrega al pelotero que mejor representa al béisbol en términos de personalidad, trabajos en la comunidad, filantropía y contribuciones positivas tanto dentro como fuera de terreno.

Así fue Roberto Clemente Walker, un extraordinario ser que en 1972 nos dijo un «Hasta Siempre» dejando un legado importante no sólo deportivo, sino como figura pública, solidaria y comprometida.

El terremoto de Managua del 23 de diciembre tuvo una magnitud 6.2, dejó más de 10 mil personas muertas, 20 mil heridos y 250 mil damnificadas, además de la ciudad destruida en más del 60 por ciento.

En el año 2013, en Managua, Nicaragua, se inauguró un estadio infantil que lleva su nombre, el cual tiene un monumento en su honor, como un reconocimiento a su invaluable aporte a la humanidad.

Clemente estaba convencido de que «Cada vez que tienes la oportunidad de hacer una diferencia en este mundo y no lo haces, estás perdiendo el tiempo en la Tierra» y así lo demostró ofrendando su vida por solidaridad.

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