La conmoción y el dolor siguen vigentes en España tras el asesinato de Encarnita Polo, célebre cantante de copla y pop de los años 60 y 70 que marcó toda una época en la música española. El presunto autor del crimen, otro residente del mismo centro, un hombre con problemas mentales severos, se habría escapado de la zona psiquiátrica de la residencia Decanos para estrangularla mientras la artista dormía tranquilamente en su habitación.

El agresor, un hombre de 66 años, fue ingresado apenas tres días antes del terrible suceso en el ala de demencia del centro, sin que en su expediente médico constaran episodios de violencia previos. Esta ausencia de antecedentes violentos hace aún más desconcertante lo ocurrido y plantea serias interrogantes sobre los protocolos de seguridad en este tipo de instalaciones.
Según la reconstrucción preliminar realizada por la Policía Nacional, el hombre «se coló entre jueves y viernes en la habitación de Polo mientras ella dormía, acabando con su vida mediante asfixia«.
La investigación, liderada por la Brigada Provincial de Policía Judicial, apunta a que el presunto móvil del asesinato no es otro que «el deterioro mental del agresor o una posible ‘obsesión’ debida a la demencia«. Esta línea investigativa sugiere que no hubo un plan premeditado sino más bien un acto impulsivo producto del deterioro cognitivo severo que padece el presunto homicida.
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirman que el agresor «permanece bajo custodia en el módulo de psiquiatría del Hospital Provincial de Ávila«, donde los especialistas están evaluando su estado mental para determinar su capacidad para enfrentar un proceso judicial y comprender la naturaleza de sus actos.
Fallas en la vigilancia del módulo psiquiátrico
La residencia Decanos está envuelta en el centro de una tormenta de críticas tras emitir un escueto comunicado en el que expresan: «Estamos consternados… por máxima confidencialidad no vamos a pronunciarnos… nuestra prioridad es velar por el bienestar». Esta respuesta simple no ha satisfecho a quienes cuestionan cómo fue posible que un paciente psiquiátrico pudiera salir de su área y acceder a la habitación de otra residente.
Al parecer, «el módulo de psiquiatría no estaba vigilado de forma estricta», ya que el interno nunca presentó «signos de agresividad» durante su breve ingreso de tres días, lo que llevó al personal a considerarlo un paciente de bajo riesgo. Esta evaluación, que ahora parece trágicamente equivocada, permitió que el hombre pudiera moverse con relativa libertad y cometer este atroz crimen.
Una estrella que iluminó toda una generación
La desaparición de Encarnita Polo conmocionó profundamente al mundo cultural en España. La artista sevillana fue «un referente indiscutible en los años 60 y 70, con una trayectoria que la llevó a brillar en televisión, cine y sobre los principales escenarios del país». Su talento traspasó fronteras y su voz se convirtió en la banda sonora de miles de hogares españoles durante las décadas doradas de la copla y el pop hispano.
«Su estilo rompió esquemas y su voz se convirtió en emblema de toda una generación», recuerdan colegas y admiradores que ahora lloran su partida de manera tan violenta e inesperada. Hoy, su nombre regresa a las portadas de los medios, «aunque por una tragedia que ha dejado atónitos a seguidores y colegas» que jamás imaginaron que la vida de esta leyenda musical terminaría de forma tan brutal.
La Brigada Provincial de Policía Judicial continúa trabajando intensamente para «determinar si se trató de un ataque planificado, un episodio psicótico o un hecho aislado de violencia».
«Las grabaciones internas del centro y los informes médicos serán piezas clave para reconstruir lo ocurrido», señalan fuentes cercanas a la investigación. Además, «se están recopilando testimonios del personal y otros residentes«, quienes podrían aportar información valiosa sobre el comportamiento del presunto agresor durante los días previos al crimen. Mientras tanto, «la familia mantiene silencio y pide respeto a su privacidad» en estos momentos de dolor inimaginable.