La madrugada de este martes 16 de septiembre, bajo intensos bombardeos aéreos y por tierra, que ya dejan decenas de víctimas civiles, las fuerzas de ocupación israelíes iniciaron la invasión terrestre de ciudad de Gaza, hogar de cientos de miles de palestinos, en momentos en que el asedio militar sionista ya dejó cerca de 65.000 civiles asesinados desde octubre de 2023.

“Gaza está ardiendo”, declaró el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, advirtiendo que la totalidad del enclave “será destruida” si la resistencia palestina no libera a los cautivos ni entrega sus armas.
Bajo la denominación de Operación “Carros de Guerra de Gedeón 2”, las divisiones 98 y 162 avanzaron sobre nuevos distritos, mientras la 36 se prepara para unirse, ampliando la ofensiva con decenas de miles de soldados más.
Según medios locales, el ataque se concentró en los barrios de Sheikh Radwan, Al-Karama y Tal al-Hawa, con al menos 37 bombardeos en apenas 20 minutos. Testigos denunciaron el uso de vehículos blindados cargados con explosivos para demoler edificios residenciales, además de artillería y helicópteros que golpearon el norte del enclave.
La ofensiva, que forzó desplazamientos masivos, provocó que miles de familias intentaran huir hacia el sur, pese a que la ONU reitera que ningún lugar en Gaza es seguro.
La situación recuerda a la Nakba de 1948, con ancianos y familias enteras emprendiendo a pie el camino del exilio. Sin embargo, la saturación de las zonas designadas como “humanitarias” ha llevado a que muchos desplazados retornen a ciudad de Gaza, arriesgándose nuevamente a la violencia.
Marco Rubio calificó a los palestinos como: “un grupo dedicado a la barbarie”
El inicio de la operación coincidió con la visita del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien reafirmó en Tel Aviv el apoyo total de Washington a Israel, incluso tras el bombardeo contra Doha, Qatar. Rubio justificó la ofensiva calificando a los palestinos como “un grupo dedicado a la barbarie”.
Tel Aviv está lanzando una ofensiva sin precedentes sobre Gaza que, según organismos internacionales, ha derivado en acusaciones de genocidio por el altísimo número de civiles asesinados, la destrucción sistemática de infraestructura vital y el desplazamiento forzado de más de 1,7 millones de personas.
Hoy, a casi dos años del inicio de este asedio militar israelí, Gaza permanece sitiada, devastada y con la población civil pagando el costo más alto de una guerra que amenaza con arrastrar a toda la región a un escenario de mayor inestabilidad.