Virus del ébola se aloja en ojo de superviviente de epidemia

Ian Crozier, un médico voluntario que contrajo el ébola en Sierra Leona, sobrevivió con un pequeño reducto de la infección dentro de una de sus pupilas.

La situación no es anómala, muchos supervivientes registran que cuando el virus de la infección abandona el cuerpo, pequeños residuos se albergan en algunas partes del cuerpo como el interior del ojo o los testículos.

El caso fue documentado en The New England Journal of Medicine, mismo que detalla que Crozier de 44 años, regresó al hospital Emory de Atlanta dos meses después de haber sido dado de alta, pues tenía la sensación de presión en el ojo izquierdo, cuya pigmentación pasó de azul a verde.

Crozier empezó a experimentar dolor y problemas de la vista, de acuerdo con el análisis, ni las lágrimas ni la superficie del ojo mostraban señales del virus, pero este apareció cuando con una jeringuilla muy fina se extrajo líquido del interior del ojo: el virus se atrincheraba allí.

El interior del ojo está protegido en buena parte del sistema inmunitario para evitar posibles inflamaciones que afecten a la visión, la condición se conoce como uveítis, pese a ello y a manera precautoria, durmió en una habitación separada y evitó cualquier contacto con su hijo pequeño hasta que se comprobó que no había incubado la enfermedad.

De acuerdo con las cifras más recientes, el 40 por ciento de los supervivientes de la epidemia de ébola que han sido atendidos en un hospital de Liberia presentan dolor ocular, inflamación, visión borrosa y puntos ciegos en el campo visual, en otros casos llegan a perder la audición por una inflamación cerebral o una presión alterial muy baja durante periodos prolongado, así como casos de mujeres que dejan de menstruar durante meses.

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