La carne de pollo es un producto bastante económico, fácil de preparar y delicioso que puede ser la base para cocinar caldos, sopas, ensaladas o filetes. En América Latina, es donde más se consume, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sin embargo, los expertos recomiendan algunas precauciones a la hora de escoger las piezas, algunos resultan perjudiciales para la salud humana.
1. Los Órganos Internos
Se consideran la parte más nociva del pollo, ya que son los primeros en sufrir si algún parásito o producto químico entra en el animal. Por lo tanto, no se deben comer, al igual que ocurre con el hígado.
2. La Piel
Según los expertos, contiene altos niveles de colesterol y grasas. También puede contener residuos de cloro, que se utilizan para dar a las carnes un poco pasadas un aspecto comercializable. Por lo tanto, siempre debes quitarle la piel a la carne antes de consumirla.
3. Las Alas
Esta parte del pollo se compone únicamente de piel y huesos, no tiene vitaminas ni elementos útiles a nivel nutricional. Además, a la hora de prepararlas se utilizan una gran cantidad de aceites, condimentos artificiales y grasas, lo que acelera el proceso de envejecimiento del cuerpo.
Otro aspecto a tener en cuenta es, el hecho de lavar la carne. Lo ideal es utilizar limón o naranja agria para eliminar bacterias y malos olores.