En el mundo de los vivos hay de todo, pero al parecer en el de los muertos también.

Así quedó demostrado en un peculiar episodio ocurrido en las cercanías de Quibdó, Chocó, Colombia, donde un prestamista “gota a gota” decidió que ni la muerte es excusa válida para dejar una deuda sin pagar.
El protagonista de esta tragicomedia funeraria irrumpió en pleno entierro como si se tratara del villano de la novela, exigiendo que se le pagara lo adeudado por el ahora difunto.
“¡Aquí no se entierra a nadie hasta que aparezca mi plata!”, vociferaba el prestamista, mientras los presentes trataban de decidir si lo calmaban o lo enterraban junto al difunto por meterse en donde no lo llamaron.
Testigos cuentan que el usurero se mostró más firme que una lápida recién puesta, negándose a permitir que el cajón tocara tierra si antes no tocaba su billetera.
“Yo no voy a pagar la deuda de otro, así se haya muerto. Que responda alguien, o que el difunto resucite y me pague”, habría dicho, desatando una tensa telenovela digna de horario estelar.
El sepelio fue detenido, las lágrimas se mezclaron con la confusión, y aunque algunos familiares intentaron calmarlo con palabras (y otros quizás pensaron en métodos más directos), lo cierto es que la ceremonia fúnebre quedó en pausa como capítulo de Netflix sin Wi-Fi.
Al final un familiar se hizo cargo del dinero para el prestamista que no paraba de repetir: “Aquí me paro en la raya, me dan mi Plata o no se va”.
El video de este curioso caso