Cruzar los dedos es una práctica muy común cuando queremos buena suerte a otra persona o atraerla para nosotros mismos. Es más, hay quienes, si no hacemos este gesto, podemos utilizar la expresión «cruzo los dedos» para desear que todo salga bien.
Esto es algo que ha calado en nuestra cultura y en nuestro día a día, pero, ¿de dónde viene?
Existen dos teorías distintas sobre el momento en el que se empezaron a cruzar los dedos para atraer la buena suerte, para hablar de su origen hay que viajar muchos años atrás en el tiempo.
Según una de las teorías, el origen sería cristiano y, según la otra, no. A día de hoy, las personas lo utilizan independientemente de sus creencias.
Para hablar de la primera de las teorías hay que remontarse a la era precristiana. Entonces, el gesto de cruzar los dedos requería a dos personas y era una antigua costumbre pagana. Al cruzar los dedos, pensaban que sus deseos quedarían guardados en el punto en el que sus dedos se cruzaban hasta que finalmente se hicieran realidad.
Sin embargo, con paso del tiempo, este gesto evolucionó y quienes querían pedir un deseo se dieron cuenta de que podían hacerlo ellos mismos sin tener que entrecruzar sus dedos con los de ninguna otra persona. Al principio, lo hacían cruzando sus dedos índices de ambas manos; pero siguió evolucionando hasta adquirir la forma que conocemos hoy en día en la que no necesitamos más que una mano para llevarlo a cabo.