Dos asteroides pasarán rozando la Tierra esta semana. Estas son unas palabras que podrían aterrorizar a quien las lea, pero actualmente ya estamos más que habituados a noticias que informan sobre el paso de rocas espaciales relativamente cerca de nuestro planeta.
Se trata de lo que la NASA y el resto de las agencias espaciales denominan como ‘NEO’, siglas en inglés de ‘objeto cercano a la Tierra’.
Aunque realmente la distancia que esto marca a nosotros nos hace sentir como hormiguitas. Para hacerse una idea: 2024 MK, una de las dos rocas observadas, pasará a 290,000 km de la superficie terrestre.
El asteroide 2024 MK ‘nos visitará’ el próximo 29 de junio, en horas de la tarde. Aunque no tiene un gran tamaño, será visible incluso por pequeños telescopios.
Y, por supuesto, las posibilidades de impacto contra nuestro planeta que tiene este asteroide son cero. Ninguna. Estamos a salvo.
Sin embargo, esto ha resucitado el debate sobre las necesidades que tenemos los humanos de desarrollar tecnologías que sean eficientes y efectivas para hacer frente a la catástrofe que el choque de un asteroide contra nosotros podría suponer, si no para frenarlo, al menos sí para detectarlo con antelación y al menos salir corriendo a donde se pueda.