Un grupo de hackers aseguraron haber robado un total de 780 GB de datos, incluyendo el código fuente del juego FIFA 21, tras irrumpir en los sistemas de la compañía de videojuegos Electronic Arts (EA).
Además claman haber sustraído el código de The Sims y el motor gráfico de Frostbite, utilizado por varios juegos como Battlefield, así como varias herramientas de desarrollo.
La compañía de seguridad ESET confirmó que la compañía sufrió una brecha de datos y que la información robada es efectivamente la que están anunciando al mundo.
El portal Motherboard informó que los delincuentes no tuvieron acceso a la información personal de ninguno de sus usuarios, por lo que no hay riesgo en sus datos de privacidad.
Los cibercriminales, quienes no revelaron cómo lograron hackear los sistemas de EA, están vendiendo la información en la Web Oscura (Dark Web) por unos 28 millones de dólares.
Tan sólo en el año 2020 se han registrado varios ataques contra compañías de videojuegos como el caso de Capcom que sufrió un ataque de ransomware y una filtración de datos.
Así mismo la empresa Valve sufrió la filtración del código fuente de sus juegos Counter Strike y Team Fortress 2.
También Nintendo sufrió un ataque similar en el caso conocido como Gigaleak que comprometió los datos privados de 300 mil de sus usuarios.
El portal Akamai informó que durante la pandemia del coronavirus se incrementaron sustancialmente los ataques de credential stuffing; tan sólo en un año y medio se registraron 10 mil millones de ese tipo de ataque cibernético.
Ahora los hackers se están enfocando en la industria de los videojuegos debido a las enormes cifras de dinero que mueven y que además no cuentan con estrictas normas de seguridad como las industrias financieras tradicionales.