Hace 80 años un físico planteó que en el universo existen partículas magnéticas con un solo polo. Aunque hasta el momento no se tenía evidencia de su existencia, un estudio ha hecho un gran aporte creando una en laboratorio.
En la década de 1930 el famoso físico británico Paul Dirac, uno de los padres de la física cuántica, sostenía que en el universo deberían existir partículas únicas con un solo polo magnético. Desde entonces, los científicos de todo el mundo habían tratado en vano de encontrar estas partículas.
Sin embargo, un equipo de físicos de Amherst College, en EE.UU., y de la Universidad de Aalto, en Finlandia, ha logrado conseguir monopolos en condiciones de laboratorio. “La creación de monopolos magnéticos artificiales nos ofrece una oportunidad sin precedentes para aprender más sobre la naturaleza de los monopolos naturales”, dice el coautor del estudio David Hall.
Todos sabemos que cualquier imán, incluso si lo dividimos hasta un nivel atómico, posee dos polos: el positivo norte y el sur. En su día Dirac sugería que los monopolos existían en la naturaleza, pero nunca se ha logrado encontrar evidencia de su existencia, ni siquiera en suelo lunar y en antiguos depósitos fosilizados.
Un campo magnético artificial
El equipo de Hall decidió recurrir a un enfoque diferente y crear este tipo de partículas en laboratorio. Para ello, los físicos crearon un campo magnético artificial generado por la condensación Bose-Einstein, donde la temperatura se acerca al cero absoluto. En este caso, los átomos ya no se comportan como una sola partícula y muestran un comportamiento cuántico colectivo.
“Las ecuaciones que se aplican a nuestro monopolo sintético como a los monopolos naturales magnéticos son exactamente las mismas”, dice Hall. “Nuestro método para generar un campo magnético sintético se está desarrollando muy rápido y con el tiempo puede conducir al desarrollo de superconductores de alta temperatura o de fenómenos físicos nunca antes vistos”, agregó el científico en un artículo publicado en la revista ‘Nature’.
Los investigadores esperan que su descubrimiento derive en experimentos en el Gran Colisionador para lograr detectar monopolos naturales o, al menos, entender en qué lugar del universo se los puede encontrar.