Científicos confirman que un pequeño cristal de circón encontrado en el oeste de Australia es el pedazo más antiguo de nuestro planeta: tiene 4.400 millones de años.
La nueva investigación publicada en la revista ‘Nature Geoscience’ demuestra que la corteza terrestre fue formada relativamente poco después de la formación del planeta y que la diminuta piedra es un residuo suyo, informa la agencia Reuters. Los descubrimientos muestran que las condiciones de Tierra no eran tan severas como muchos científicos consideran.
John Valley, geoquímico de la Universidad de Wisconsin, EE.UU., ha usado una nueva técnica de tomografía con sonda nuclear. Este método permite contar los átomos de plomo dentro de los circones encontrados en Jack Hill, parte occidental de Australia.
El método usado anteriormente para determinar la edad con isótopos de plomo era imperfecto porque el uranio radioactivo capturado dentro de los circones desplazaba los isotopos al desintegrarse. En este caso una parte del cristal puede tener más edad aparente que otra. Valley confirma que la tomografía con sonda nuclear no tiene este defecto, lo que ha permitido obtener la edad exacta.
La investigación muestra que los circones se formaron solo 100 millones años después del fuerte impacto a la Tierra que creó la Luna. El hallazgo sustenta la hipótesis de la ‘Tierra antigua fría’, donde las temperaturas eran bastante bajas para que hubiera océanos y, puede ser, vida, declara Valley: «Los circonios muestran que la Tierra más antigua era más parecida a la Tierra de hoy. No era un lugar inhóspito».
El circón se extrajo en 2001 y, para ser un cristal de tal importancia, es bastante pequeño: solo unos 200 x 400 micrones, el doble del diámetro de un pelo humano.