En una noticia que ha causado revuelo, el gobierno estadounidense respaldó la decisión de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) de suspender la venta de los modelos más recientes de Apple Watch, específicamente el Apple Watch Series 9 y el Apple Watch Ultra 2.
Esta medida se da en medio de alegaciones de infracción de patentes por parte de Apple, según acusaciones presentadas por la empresa tecnológica médica Masimo.
Hace pocos días, Apple anunció que cesaría la venta de estos dispositivos vestibles (wearables) en Estados Unidos, siguiendo una batalla legal con Masimo, quien acusó a la gigante tecnológica de apropiarse de manera ilegal de su tecnología Blood Oxygen.
Esta tecnología es crucial para los sensores de los nuevos Apple Watch, que miden el oxígeno en sangre.
La disputa legal comenzó en 2020, cuando Masimo llevó a Apple a los tribunales en California, Estados Unidos, por presuntas violaciones de cinco patentes relacionadas con esta tecnología.
Posteriormente, Masimo elevó la disputa a la la ITC, que en octubre de 2023 concluyó que los relojes de Apple infringían su patente, dando a Apple un plazo de 60 días para llegar a un acuerdo con la empresa demandante o apelar la decisión.
El pasado 25 de diciembre, en un momento crítico para las ventas navideñas, Apple confirmó la suspensión de las ventas de los modelos en cuestión.
La Administración estadounidense decidió mantener el veto a estos dispositivos, impidiendo que Apple pueda comercializar tanto el Apple Watch Series 9 como el Apple Watch Ultra 2 en el territorio estadounidense.
A pesar de esta restricción, los distribuidores independientes podrán vender el inventario existente. Sin embargo, la importación futura de ambos modelos queda completamente detenida.
Por su parte, Apple ha asegurado que tomará todas las medidas necesarias para poder volver a comercializar estos relojes inteligentes.
Esta decisión representa un golpe significativo para Apple, uno de los gigantes de la tecnología mundial, y pone de relieve la importancia de las patentes y los derechos de propiedad intelectual en la industria tecnológica.
El caso continuará generando atención, ya que pone en juego no solo la estrategia comercial de Apple, sino también la protección y el reconocimiento de innovaciones en el campo tecnológico y médico.