Un grupo de científicos acaban de confirmar algo sorprendente: Encontraron un agujero negro de masa intermedia en el centro del cúmulo globular Omega Centauri.
Este cúmulo Omega Centauri, que está a una distancia de 18,000 millones de años luz de La Tierra, es un verdadero espectáculo. Tiene 10 millones de estrellas, y desde el sur se puede ver como una pequeña mancha en el cielo nocturno.
Pero lo que tiene a los astrónomos muy emocionados es que han confirmado la existencia de este agujero negro de masa intermedia.
¿Y por qué es tan importante?
Pues resulta que estos agujeros son como el eslabón perdido entre los agujeros negros chiquitos y los supermasivos.
Los científicos se las ingeniaron para encontrar este agujero negro. Usaron un método bien inteligente: Se pusieron a ver cómo se movían las estrellas alrededor del centro del cúmulo.
Analizaron el movimiento de nada más y nada menos que 1.4 millones de estrellas. ¡Qué paciencia!
Y no crean que fue fácil. Estos agujeros negros de tamaño intermedio son muy escurridizos. Las galaxias grandes como la Vía Láctea ya pasaron por esa etapa y ahora tienen agujeros negros mucho más grandes en el centro. Y los que siguen siendo pequeños, pues casi ni se ven.
Lo más interesante es que este agujero negro está mucho más cerca de lo que pensábamos. Está a unos 18,000 millones de años luz, que es como 9,000 millones más cerca del que creíamos que era el más cercano hasta ahora. ¡Casi que lo tenemos de vecino!
Este descubrimiento promete resolver un debate que los astrónomos llevan años discutiendo sobre si había o no un agujero negro de masa intermedia en Omega Centauri. Parece que por fin tenemos la respuesta.
Así que ya saben, la próxima vez que miren al cielo en una noche clara, acuérdense que allá arriba, en ese cúmulo globular Omega Centauri, hay un agujero negro que nos está dando pistas sobre cómo se forman las galaxias.
¡Qué maravilloso es el universo!