Según el estudio, en el que se analizó a casi 89.000 adultos, las personas expuestas a luz nocturna tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedades como infarto, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular y accidente cerebrovascular.

Incluso, dormir en completa oscuridad resultó ser igual de importante que una buena alimentación, el ejercicio y la genética. En especial, el riesgo fue más alto en mujeres y en personas jóvenes, lo que sugiere que algunos grupos podrían ser más sensibles al efecto de la luz nocturna.
Los científicos explicaron que nuestros cuerpos dependen de la oscuridad para regular el sueño y mantener en equilibrio los ritmos circadianos, que controlan funciones clave como la presión arterial y la glucosa. Cuando estos ritmos se alteran, por ejemplo, con luces fuertes en la habitación, el televisor encendido o el celular aumenta la probabilidad de problemas cardiovasculares.