«Siento que va a ser una recuperación muy dura, pero podremos hacerlo. Todo el mundo lo hace», confesó Kim a Caitlyn.
Kim, madre también de North (2), pesaba algo más de 58 kilos cuando se quedó embarazada de Saint y llegó a los 86 kilos al final del embarazo, de los cuales ha perdido ya siete gracias a la lactancia materna y a una dieta sana.
Cuando Caitlyn le felicitó por su pérdida de peso, Kim confesó que se sentía mucho mejor, pero que deseaba alcanzar su peso ideal de 54 kilos, 2 kilos menos de lo que pesaba en su boda en mayo del año pasado.
Sin embargo, antes de dar a luz a Saint, Kim anunció que quería tomarse su tiempo para bajar el peso del embarazo de forma saludable.
«¡Aún faltan unas semanas y he ganado 27 kilos! Miro a otras famosas y a otras chicas en Instagram que están muy delgadas después de dar a luz. ¡¿Cómo es posible?! Quiero decir, estoy concentrada y me encanta el reto de recuperar mi figura y sentirme bien otra vez, pero voy a ser realista. No digo que ellas estén siendo poco saludables o haciéndolo de manera incorrecta, pero ¿cómo pierden peso y están tan estupendas en tan poco tiempo?», escribía Kim en su página web.