El cantante estadounidense, R. Kelly, solicitó que lo saquen de la cárcel federal donde se encuentra y lo dejen bajo arresto domiciliario, alegando que su vida corre peligro dentro del sistema penitenciario.
La petición fue presentada como una moción de emergencia ante un tribunal federal, luego de que un recluso aseguró que altos funcionarios de la Oficina de Prisiones intentaron convencerlo de asesinar al cantante.
El recluso, Mikeal Glenn Stine, afirma que las autoridades le prometieron libertad si ejecutaba el plan, pero que finalmente decidió advertir a Kelly sobre el supuesto complot.
Stine afirmó en su declaración que fue trasladado a la misma prisión en Carolina del Norte, donde se encuentra Kelly, y que incluso fue ubicado en su misma unidad.
Su testimonio también señala que funcionarios de prisiones le dieron la orden directa de cumplir con la ejecución.
El abogado de Kelly, sostuvo que su cliente ya fue atacado antes y teme por su seguridad.
«No está seguro bajo custodia federal», dijo, calificando su permanencia en prisión como «un castigo cruel e inusual».
R. Kelly cumple una condena de 30 años tras ser declarado culpable en Nueva York por delitos de crimen organizado, explotación sexual de menores y trata de personas.
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