Rominina Verna, una mujer de 23 años y 95 kilos, es la nueva Miss Gordita de Paraguay, un certamen de belleza anual cuyo paradigma es la lucha contra la discriminación por obesidad.
La estudiante de Administración de Empresas desfiló sin tapujos el miércoles por la noche ante el público con vestido de gala y ropa de playa e hizo añicos los prejuicios al enfrentar con valentía y coraje el menosprecio abierto o encubierto hacia las mujeres con sobrepeso.
«Tuve mi noche de princesa», dijo Verna en una entrevista con The Associated Press. «Decidí presentarme al concurso venciendo mi temor inicial, creyendo que mi participación sería considerada como descabellada».
El brasileño Michael Beras, organizador del certamen en la capital paraguaya, dijo que lleva adelante este evento «con poco presupuesto pero con mucho cariño».
«Creí necesario abrir un espacio para las mujeres sin las obsesivas medidas corporales 90-60-90 pero que son personas maravillosas», añadió en referencia a las clásicas medidas de busto, cintura y cadera, en centímetros, que suelen asociarse en los certámenes con una figura perfecta.
A pesar de haber sido la quinta edición, solo en esta ocasión el concurso capturó el interés de los medios internacionales. El evento, que tuvo el respaldo de la oficina local de Amnistía Internacional, se hizo en un centro comercial de Asunción y aunque la entrada fue gratuita apenas hubo un centenar de personas.
La flamante soberana expresó que su madre fortaleció su autoestima desde que fue una niña con sobrepeso. «Aunque intenté bajar, me fue difícil; entonces, me dije a mí misma: ‘Romina, sos hermosa, no te sientas incómoda»’.
Beras anunció que la diputada izquierdista Rocío Casco presentará un proyecto de ley de tallas «con el que se obligaría a las tiendas a ofrecer ropas para hombres y mujeres con más de 70 u 80 kilogramos, como una medida contra la discriminación».