Un hombre de 30 años tuvo que ser intervenido quirúrgicamente luego que se introdujera un desodorante en el ano.
Según los médicos que atendieron al hombre, el paciente no presentaba síntomas de haberse insertado algún objeto, ya que no tenía náuseas, sangrado rectal o movimientos intestinales anormales.
Además, sus signos vitales eran normales y no tenía antecedentes de drogas, pero sí había un registro médico de una «inserción anterior sin complicaciones de un cuerpo extraño en el recto».
El dolor era tan fuerte, que, en vez de hacer una investigación rectal estándar, los médicos tuvieron que hacerle una radiografía para descubrir que tenía en su tracto digestivo.
Los médicos encontraron el desodorante y sometieron al hombre a una cirugía de emergencia, que duró dos horas.