En estos días pude ver este video en Youtube de unos hermanos cristianos que estaban celebrando el servicio cuando ocurrió el terremoto de 7.8 que azotó Ecuador en días recientes.
Se me vino a la mente el pasaje de Salmos 46:2: ” Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares”
La vida cristiana no se trata solo de teoría, pues llegan momentos donde debemos aferrarnos a aquello que hemos leído y aprendido por años. Quizá sabemos mucho de Dios como sanador, pero no nos graduamos hasta que somos capaces de aplicar esa fe a un momento de enfermedad, es posible que sepamos mucho de Dios como proveedor, pero somos simples enciclopedias de conocimiento hasta que experimentamos su provisión en tiempos de escasez.
Estos hermanos ecuatorianos sabían mucho de Dios como protector, pero ese día se graduaron con honores al ser testigos de la protección del Padre en medio de este fuerte sismo.
Mostremos gratitud en todo momento por las bendiciones de Dios, y pidamos fortaleza para los momentos en que nos corresponda aprender por experiencia propia todo aquello que hemos leído en las escrituras.
Checa el vídeo al que me refiero y aprovecho para solicitarles que no olviden incluir en sus oraciones a los hermanos ecuatorianos que están atravesando esta difícil prueba.