La Navidad es sin duda la época favorita de los niños, por las luces, la comida y sobretodo los juguetes, pero los que son papás bien conocen esos famosos “berribches” de sus hijos al ver juguetes nuevos.
Los momentos de tensión ocurren al entrar a jugueterías, ir al mercado o simplemente ir a la calle y ver a otros niños con juguetes.
Las rabietas aunque son más frecuentes en niños de 2 años (según los expertos), acaban la mayoría de veces en una intensa negociación con los pequeños, en la compra de un juguete más barato o en el peor de los casos con un niño que es cargado a la fuerza mientras “pega miles de gritos”.
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Ante situaciones tan difíciles, Kristina Watts, una madre de Estados Unidos, ha compartido en facebook una interesante opción para resolver la incómoda situación.
La idea consiste en atender a su hija cada vez que dice que quiere un juguete y una vez acabe decirle «bien. Voy a hacerte una foto con este juguete y se la vamos a enviar al Niño Dios, para que te conozca y sepa lo que querés”.
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Es entonces cuando, «por arte de magia Emie (su hija) sonríe. Pide ver la foto. Luego coloca el juguete en su sitio y se marcha. No hay lágrimas. No hay berrinches. Y ella se olvida de todo en minutos».