Los científicos estadounidenses han revelado que un tipo de bacterias modificadas en laboratorio es capaz de prevenir el desarrollo de la obesidad en ratones e incluso revertirla.
En su último estudio los investigadores de la Universidad de Vanderbilt, EE.UU., han revelado que la predisposición del cuerpo a desarrollar la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares afecta a las bacterias intestinales y los cambios en la población microbiana del intestino, por su parte, pueden prevenir o revertir la enfermedad a su alrededor.
Según un artículo publicado en la revista ‘The Journal of Clinical Investigation’, el nuevo método se basa en la incorporación de bacterias modificadas que expresan factores terapéuticos en la microbiota intestinal. Por ejemplo, N-acylphosphatidylethanolamines (NAPE) son precursores de la N-acylethanolamide (NAE) de la familia de los lípidos, que se sintetizan en el intestino delgado en respuesta a la alimentación y reducen la ingesta de comida y la obesidad.
Un grupo de científicos de Vanderbilt ha creado una bacteria de E.coli capaz de producir un compuesto químico de NAPE y NAE que manda al cerebro una señal que hace al animal dejar de comer.
Los resultados de una serie de experimentos han demostrado que los ratones que recibieron una dieta alta en grasa junto con las bacterias que sintetizan la NAPE en el agua potable durante 8 semanas redujeron el nivel de obesidad y la gravedad de los síntomas asociados, especialmente la resistencia a la insulina.
De acuerdo con los autores del estudio, tras pasar con éxito las pruebas con humanos, el nuevo método podría revolucionar la medicina respecto a la lucha contra la obesidad.