I
Esto ignoran los que José Emilio Pacheco llamaría voceros de la omnipotencia del pasado:
29 de mayo de 2018: “grupos de delincuentes irrumpieron en las instalaciones de la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, y destruyeron parte de la infraestructura de la casa de estudios superiores. El Consejo Universitario condenó el saqueo y robo; destrucción; uso y abuso de medios mecánicos; en contra de la propiedad pública” (TN8).
12 de junio de 2018: Las huestes del terror se tomaron el edificio de la UNAN FAREM Carazo, vandalizando el recinto, saqueando y desbaratando lo que no pudieron cargar, como laboratorios, área de informática, valiosos equipos tecnológicos, etc., “con graves consecuencia para el presente y futuro de nuestra Universidad. Igualmente, deploramos las actitudes calumniosas contra nuestras autoridades vertidas en algunos medios de comunicación y redes sociales”, denunció el Consejo Universitario.
15 de julio de 2018: La Policía, a solicitud de las autoridades de la UNAN, mostró la destrucción, saqueo y parte del armamento que poseían los terroristas y delincuentes que tenían tomada la alta casa de estudio.
Incendiaron el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Arlen Siú, para los niños de los trabajadores, “fue destruida una residencia estudiantil, se destruyeron y saquearon áreas como la oficina de la dirección jurídica, la oficina de transporte, oficinas centrales de administración, contabilidad, oficina de finanzas, tesorería, oficinas de vicerrectorías; también hubo destrucción en los laboratorios del Polisal, aulas de clases, entre otros lugares” (El 19 Digital).
Entonces no hubo una sola declaración de los 728 “intelectuales” de América latina, Estados Unidos, Canadá, Europa y África que ahora se rasgan las vestiduras.
Es que son vestigios del siglo XX.
Nadie encontrará allí, entre estos sujetos desfasados, la gallardía de la verdad, más que el sometimiento a los que fracturan la relación Universidad-Pueblo.
Fundamentalistas del Pensamiento Único del capitalismo sin corazón, degradan el Alma Mater en una lamentable sociedad anónima al servicio del lucro y del individualismo. Su única razón de ser no es la formación de hombres y mujeres pensantes, sino la manufacturación de piezas ensamblables en el rentable engranaje de la deshumanización organizada.
Los “sabios” defienden como “educación de calidad y valores”, la “capacidad” de “investigación” química y ginecológica de los “pupilos” del Golpe de Estado, a juzgar por la gran cantidad de “condones, colillas de cigarro y alcohol de todas las marcas” que “fueron encontrados en diferentes sectores de la universidad secuestrada” (El 19).
Sin embargo, un verdadero intelectual de la talla del finado exministro de Educación, Miguel de Castilla, a un año de los eventos macabros, escribió:
“La celebración el pasado 13 de julio del primer aniversario de la liberación del Recinto Universitario Rubén Darío, hogar de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua, al parecer ha lastimado la epidermis de algunas personas, quienes, desde los tranques del golpismo, se han pronunciado criticando la decisión de estudiantes, profesores, trabajadores administrativos y autoridades universitarias, de conmemorar el día en que grupos de delincuentes disfrazados de universitarios fueron expulsados de las instalaciones de la Universidad, las que mantuvieron secuestradas durante 65 días, entre el 7 de mayo y el 13 de julio del 2018, en el contexto del intento de golpe de estado de la derecha.
“Quienes hoy critican la alegría y gozo de los universitarios, seguramente aplaudieron en su momento la toma y posterior secuestro, saqueo y destrucción de la UNAN-Managua en el Recinto Rubén Darío y la Facultad Regional Multidisciplinaria de la UNAN-Managua en Jinotepe-Carazo. Son los mismos que llamaron invento maravilloso a los tranques de la muerte y que cuando el pueblo cansado de tanto ultraje decidió barrer con la basura, fue acusado de dictador y asesino”
Es conocido que los ultraderechistas que participaron en el Golpe de Estado en la Unión Americana, van recibiendo sus respectivas condenas de acuerdo al grado de responsabilidad.
Unos 8, algunos 10, otros 13 años.
Pero ¿qué pasaría si la Universidad de Yale o de Harvard fueran las plataformas de este Golpe de Estado?
Los tribunales en Estados Unidos hacen su trabajo conforme a las leyes, sin que los “intelectuales” metan sus narices, la prensa venal los eleve a héroes, la Unión Europea los corone como “prisioneros políticos”, o los mercaderes de derechos humanos denuncien a la potencia, como suelen ensañarse con los países al sur del Río Bravo.
Es que ni en EEUU ni en Nicaragua es un asunto sub iudice, es decir, “no es para nada opinable”, “sujeto a discusión” (RAE).
Pero los cocodrilos más doctos de la deplorable fauna del atascadero crepuscular, su prensa e ídem, que son chitón pitillo con los megas poderosos, aparecen derramando lágrimas por el cierre de la UCA.
La pregunta es, ¿dónde estaban metidos estos dizques “cerebros” de la ciénaga, cuando de la UCA y de la UPOLI, salían individuos a quemar edificios estatales, matar, arruinar la economía, y forzar un violento Golpe de Estado?
¿Por qué no dieron voces como ahora para que los terroristas no ocuparan los recintos universitarios e incluso las parroquias como epicentro de la desestabilización y la conspiración contra la República, sus leyes, pueblo y autoridades?
Es la primera vez en la Historia Universal de la Infamia que se llama “Libertad de Cátedra” al monstruoso “derecho” de planificar, con millonadas de dólares, un Golpe de Estado en Nicaragua.
Ahora dicen que “el cierre de la UCA es una medida arbitraria”, según la carta cínica de los irresponsables que sin indagar, sin buscar la verdad, ni utilizar “el método científico” del que tanto alardean, vierten juicios temerarios sobre la base de infundios, distorsiones, calumnias, y toda la matriz que ya conocemos.
Por lo visto, no solo hay mafias, hampas, y otras asociaciones ilícitas que perjudican a las naciones con el narcotráfico, el mercado negro de armas, la trata de personas…
También hay cárteles de “sabios” extemporáneos.
Su misión “extracurricular” es tan fatídica como la de los capos.
Si no logran demoler, al menos lanzan sus inmundicias para enlodar los procesos democráticos de países que decidieron crear la Nueva Historia. Países que ya no son tristes reimpresiones de las viejas historietas de lo más ignominioso del siglo XX, al cual todavía pertenece esta “masa crítica”.
Toda esta Nomenclatura del Anacronismo estaba cómodamente en sus naciones, sin respirar el odio que sus “colegas” transpiraban, ni sufrir lo que el pueblo de Nicaragua padeció en 2018: una barbarie sin precedentes en la Historia Nacional.
Tanta sangre derramada para los más “cultos” de la Tierra, significó “lucha por las libertades”.
Tanta destrucción y muerte causadas por sus “palomas” (de alto vuelo), ahora quieren venderlo como “educación de calidad”.
¿Acaso es parte del “pensamiento crítico y los valores” de la sede del caos, secuestrar, torturar y desmembrar vivo al señor Bismark Martínez?
¿Qué clase de alma tienen estos “intelectuales” que no les dio el cacumen para que elaboraron tan siquiera una frase de consternación y repulsa por la galería de hechos abominables de la que hicieron gala durante sus labores de investigación científica?
Ellos sometieron a los nicaragüenses a sufrir días de maldad y noches horrendas, durante tres largos meses.
¿Qué clase de testa tendrán si no saben diferenciar la verdad de la mentira, los hechos de la manipulación, la realidad de la narrativa montada por las metrópolis contra una pequeña nación que quiere, ama y defiende la paz?
¿Acaso puede pasar por “rebelión estudiantil” la muerte del policía que no estaba en servicio, Gabriel de Jesús Vado?
El joven fue retenido por sus asesinos en el municipio de La Concepción, y tras ser amarrado y maltratado, fue enviado a Masaya, donde además de ser salvajemente torturado, todavía con vida, los “estudiantes”, bajo las órdenes de un cura, le prendieron fuego.
II
Los firmantes de lo que constituye la primera Carta Medieval al Siglo XXI, al parecer ensalzan el asedio, y no con piedras ni cachiflines a las estaciones de policía: fueron ataques con armamento de guerra, escopetas y otros instrumentos que no eran morteros, sino artefactos mortíferos.
Si como dice este cártel, la UCA promovía “valores”, ¿dónde diablos estaban estas normas de la conducta humana en 2018?
¿Eran parte de esos “valores” jesuitas pasar por las armas a 22 policías asesinados?
¿Forman parte de esos “valores”, los francotiradores apostados en el Torreón Universitario de Jinotepe para matar a los policías de la estación ubicada a dos cuadras?
Despreciar a los más de 400 agentes del orden gravemente heridos, aparte de las muchachas violadas, ¿está en consonancia con lo que reclaman “académicos e intelectuales comprometidos con el derecho a la educación”?
No se sabía que hubiera doble moral académica, pero ahora ya no hay dudas que lo peor de la politiquería global se infiltró en los campus.
En vez de prevalecer el rigor científico, un exigente código ético a la par del humanismo necesario para una sólida formación profesional e integral de los universitarios como reserva incorruptible, son instruidos por el mismo sistema decadente, representado por estos 728 individuos.
La británica Helen Dixon, suscritora del libelo, dijo a la AP que “la desaparición de la UCA provocó estupor en el mundo académico europeo…”.
Estupor provoca que estos signatarios del pasado abolido, cuando Era imposible separar el presente del pasado (José Coronel Urtecho), hayan hecho mutis sobre los nefandos actos nunca vistos en Nicaragua.
¿Por qué a esta señora no le importó la vida de la gente que fue perseguida, vejada y asesinada por instigadores profesionales del odio?
III
Los académicos de cualquier parte del planeta nunca deben, por lo que se supone que son —maestros del saber—, taparse los ojos ante las perversidades que ejecutan los hombres, por mucho que se vistan de “estudiantes”, “sacerdotes” y “sociedad civil”.
No les cabe “protestar”, por muy académicos que sean, a un país soberano, parapetándose en el abstraccionismo que no les corresponde, transgrediendo las fronteras de la ciencia, porque no son los nuevos Vasili Kandinski o Jackson Pollock.
Sus garabatos en formato de “denuncia”, por mucho que quieran, no pintan ninguna “realidad alternativa” a lo que son los hechos firmes y concretos de lo que sucedió en Nicaragua.
Es deshonesto recurrir a la charlatanería seudo académica con el cuento de que “Es una barbaridad, una violación tremendamente profunda de la vida intelectual y de la memoria de un país”.
Y de qué memoria habla, si ni ella la tiene.
Ha sufrido, “repentinamente” de amnesia “académica”.
Si alguna consistencia tuviera esa “vida intelectual” de la que habla Dixon, ningún crimen habrían cometido los falsos estudiantes. Y si algo “intelectual” había, son los propios autores de tantos crímenes de odio, sevicia, incendios, desastre, patrañas y vilezas mediáticas.
Que la señora de marras haya venido a Nicaragua en los años 80, contrario a lo que se ufana, más bien la descalifica.
Se supone que es conocedora de los anales del país que la recibió en esa década de agresión, bloqueo brutal y guerra abierta, cubierta y encubierta; minado de puertos por la CIA, un benedictine para matar al Canciller de la República, Miguel D´Escoto Brookman, etc.
Entonces, ¿con qué autoridad moral viene ahora con su alquilado alzhéimer “letrado” a desconocer los orígenes por los cuales Nicaragua ha sido rabiosamente intervenida, explotada, acosada, sometida, agredida e invadida a través de las páginas fatales de la historia?
De ninguna manera es justificable que una “escritora e intelectual de nivel” desconozca cómo se trituran desde países hasta líderes de un mundo mejor, pasando por movimientos sociales y partidos “insoportables” para el statu quo, por el “pecado” de enarbolar el Decoro Nacional.
Un escritor insigne escribió exactamente hace 23 años que “sólo la alianza implacable del Vaticano, la CIA y la Democracia Cristiana (con una ayudadita de la Mafia) impidió el acceso del Partido Comunista al poder” en Italia (Carlos Fuentes).
Si se hizo en Europa, señores “ilustrados”, ¿qué no podrán hacer contra un país que ya dejó, ENTIÉNDANLO BIEN, de ser una Banana Republic, con todo y sus universidades de garaje y/o patio trasero?
La misma global fake news netwok que le da difusión mundial a sus injurias, le agrega la muletilla que a un intelectual auténtico le asquearía, al meterlos en el mismo saco junto a los que arrojan toda clase de infamias para asesinar la reputación de Nicaragua:
Que el país “vive una grave crisis desde el estallido de las protestas de 2018”.
La tal “crisis” es que ni la Policía Nacional ni el pueblo permiten que se levante un solo adoquín, desde el último tranque derribado en julio de 2018. Porque allí los sociópatas, lumpen y otras lacras cometieron crímenes de lesa humanidad que a la señora y tutti quanti no les importó ni un comino.
Como dijo el maestro de Castilla: “Pueden camuflarse con toga y birrete, pero son los mismos que no les importó someter a crisis a nuestra frágil economía y hoy lamentan el cierre de empresas, la caída del PIB y la elevación del desempleo. Cinismo e hipocresía juntas, puras y duras”.
A estos adornos escolásticos del establishment del siglo XX —merecedores del Suman Cum Laude de la Inquisición— les cabe esta frase de Confucio que tanto le encanta a un legítimo científico e intelectual, doctorado en Japón, William Arnulfo Martínez:
“El verdadero conocimiento es conocer la dimensión de nuestra propia ignorancia”.