Una amena charla y una botella de whisky fue la estrategia del fallecido fotógrafo Leigh Wiener para sobornar a los trabajadores de la morgue en que se encontraba el cadáver de la sex symbol Marilyn Monroe y fotografiarla.
Las imágenes que le están dando la vuelta al mundo entero fueron reveladas por su hijo Devik Wiener, quien confesó que esta no fue la primera vez que su padre alteró la seguridad de un área restringida para obtener retratos inéditos.
«Los últimos dos rollos, que contenían imágenes que iban más allá de la etiqueta del pie, los llevó a su propio estudio y según dijo, los procesó, los examinó, y los colocó rápidamente en una caja de seguridad», confesó Devik, quien aseguró no saber dónde guardó su padre el resto de fotos. «De verdad, él murió con ese misterio», sostuvo.
La bella y controversial actriz de Hollywood, Marilyn Monroe, partió de este mundo en 1962 a sus 36 años y el esclarecimiento de su muerte aún sigue siendo un misterio sin descrubrir.