Una antigua estampilla con las caras del príncipe Carlos y la princesa Diana se viralizó esta semana en Twitter y ha quedado envuelta en una polémica.
Aunque a primera vista esto es sólo un retrato de la pareja real recién casada, la imagen contiene un detalle que todos ven, pero en el que pocos se detienen.
El sociólogo Phillip N. Cohen, escribió en su cuenta de Twitter la verdad oculta en la estampilla, que despertó las especulaciones y la polémica.
«Medían lo mismo», posteó junto a la imagen conmemorativa.
En efecto, de acuerdo con el diario británico The Sun, la pareja real tenía la misma estatura -1,78 metros-, y sin embargo la estampilla lo muestra a él significativamente más alto que a ella.
El posteo ganó mucha atención con miles de ‘Me gusta’ y de retuits, y mucha gente comenzó a aventurar teorías sobre la que podría haber sido la motivación detrás de la dramática diferencia en la altura de la pareja.
«O Carlos usa tacones o se trata simplemente de sexismo», escribió un usuario en la red social. Mientras que otro señaló: «Estaban parados en una escalera».
Y otro usuario, más informado, opinó: «En realidad él está de pie en una caja. Ella habla de eso en su biografía escrita por Andrew Morton, creo».
Todo indica, más allá de las investigaciones, que la estampilla es un dibujo de un artista realizado en base a una fotografía de la pareja real. Aunque el artista pudo haber hecho algunos ajustes menores, es evidente que la altura de Carlos y de Diana no ha sido modificada por él.
Según un artículo sobre The Society Pages, cuando la pareja posó para aquella fotografía, se dispusieron de manera que él parecía mucho más alto que ella.
Los esfuerzos hechos para asegurarse de que Carlos pareciera ser varios centímetros más alto que Diana, entonces, fueron aparentemente realizados para adaptar la imagen a la idea de que los hombres debían ser más altos que sus esposa.
Finalmente, y con una encendida polémica en curso, el sociólogo confesó: «He utilizado esto en mi clase durante años y está en el capítulo de género de mi libro», dando cuenta de que se trata de una de las tantas formas en las que el sexismo y las diferencias de género se manifiestan cotidianamente.