En vida, el fundador de la revista Playboy, el estadounidense Hugh Hefner, tenía un harén de mujeres en la infame Mansión Playboy, sinónimo de hedonismo y excesos sexuales.
En muerte, seguirá el mismo patrón pero solo con una mujer: la icónica actriz hollywoodense Marilyn Monroe.
Hefner, quien murió este miércoles a los 91 años, compró en 1992 un espacio contiguo a la tumba en la que descansa Monroe, por $75,000 dólares.
La situación ha dividido a la opinión pública, ya que algunos lo interpretan como un gesto conmovedor y otros como una sórdida intrusión.
Los adeptos del editor lo han elogiado en las redes sociales por su aprecio hacia Monroe, quien figuró en la primera portada de Playboy, antes de su muerte prematura en 1962.