La Oficina del Alguacil de Los Ángeles confirmó que la velocidad fue la causa del accidente de tráfico que se cobró la vida del actor estadounidense Paul Walker y de su amigo Roger Rhodas el pasado noviembre.
Tras analizar los datos del sistema electrónico del Porsche en el que viajaban Walker y su amigo, así como de las cámaras de tráfico, los investigadores determinaron que en el momento de chocar contra un árbol el auto circulaba a una velocidad de entre 130 y 160 kilómetros por hora en vez de los 70 permitidos.
Anteriormente ya se había determinado que los cuerpos de los estrellas de cine no presentaban rastros de alcohol ni drogas.