Tal parece que los osos que viven en la Olympic Game Farm de Sequim, Washington, aprendieron a saludar del modo en que lo hacen los humanos.
Una pareja comprobó la habilidad de uno de ellos cuando le lanzaron un trozo de pan y el animal se hizo de él con mucha facilidad, a la vez que se tomó el tiempo para levantar la garra y hacer un formal saludo a los visitantes.
Quienes frecuentan el parque dicen que no es la primera vez que un oso usa su garra para hacer una especie de saludo.