Los padres de Eva supieron que su hija, todavía en la panza, padece una enfermedad terminal. Su anencefalia, falta de partes importantes del cerebro o el cráneo, hará que muera a pocas horas de nacer. Pero Keri Young y su marido Royce tomaron una decisión: donar el resto de sus órganos.
Al recibir la terrible noticia, recurrieron a su pastor que les dijo: «En sus 31 años de vida, ¿cuántas vidas salvaron? Su hija en 24 horas en la tierra puede salvar 50. ¡Va a ser una nena muy ocupada!». Decisión tomada: sus riñones, hígado o pulmones, serán donados a pacientes que los necesiten y tomados para proyectos de investigación cuando nazca en mayo.
Kery explicó en un posteo de Facebook todo el proceso desde que se enteraron hasta ahora: «No estamos esperando un milagro. Sabemos que no va a vivir. Pero Eva puede ser la respuesta para muchas personas que están esperando que algo bueno les pase».
Royce, que es periodista, también hizo lo suyo, compartiendo una foto de su mujer descansando.
«Literalmente 30 segundos después de que el doctor nos dijera que nuestra beba no tenía cerebro, llorando con todas sus fuerzas, Keri levantó la cabeza y preguntó: «si completo el embarazo, ¿podemos donar sus otros órganos?.
Es fuerte, es valiente, es increíble. No necesitaba estar en una situación tan fea para darme cuenta de eso, pero lo que esto hizo fue darme ganas de contárselo al mundo«: