Una mujer se encuentra en observación, luego de haber sido mordida por su propio gato, que murió poco después en la ciudad de Arezzo, Italia.
En un principio los especialistas creyeron que podría tratarse de rabia, pero finalmente confirmaron que el felino presentaba otro virus.
El gato en realidad tenía lyssavirus, un género de virus que había sido encontrado por única vez en un murciélago de la región del Cáucaso en 2002, aunque hasta ahora no se había comprobado su transmisión a mascotas o a humanos.
Por ello, fue conformado un comité técnico científico para analizar lo ocurrido, mientras que todas las personas que estuvieron en contacto con el gato (los tres miembros de la familia y un veterinario), también fueron sometidas a un tratamiento con inmunoglobulinas.
«Identificamos el caso de inmediato y hemos puesto en marcha todas las medidas necesarias», explicó Stefania Saccardi, consejera del Derecho a la Salud de la región de Toscana.