¿La ventana que me tocó está rota? ¿Es seguro viajar con un orificio en la ventana del avión? ¿No irá a entrar aire helado por ahí? ¿Se despresurizará la cabina por ese agujerito?
No. La respuesta a todas esas preguntas es no.
Si se observa con atención, todas las ventanas del avión tienen ese pequeño agujero… y si está allí es por algo.
La sección viajes de La Vanguardia explica paso a paso porque hay un pequeño orificio en cada ventana del avión:
Cada una de ella está compuesta por tres paneles separados por espacios vacíos entre sí, y están hechos de resina acrílica y sintética muy resistente. El panel externo y central son estructurales y se sellan al fuselaje del avión. El panel interno se monta sobre el revestimiento de la pared de la cabina.
Junto con el panel exterior -que es el encargado de soportar la presión externa- el panel central es el más importante, ya que, cuando el avión despega la presión del aire en cabina empieza a disminuir y, a partir de 3.000 metros no hay suficiente oxígeno para que los pasajeros respiren con normalidad, por lo que es necesario mantener la presión dentro de la cabina.
Y precisamente esta es la función del orificio: regular y equilibrar la presión entre ambos cristales, haciendo que la presión, durante el vuelo, se aplique solo en el panel externo, y en caso de que se rompa este último, contener la despresurización. (Los aviones están preparados para que, por debajo de una presión equivalente a 4.500 m, se activan automáticamente las máscaras de oxígeno).
Además, facilita el paso de humedad entre ambos lados del panel intermedio y evita así que la ventana se empañe o se congele, esto último es muy importante pues se deben evitar fisuras, grietas, arañazos y golpes, ya que esta ventana ayuda a mantener la integridad estructural de todo el avión.