“Sencillamente, lo cogí en brazos, me asomé por el balcón y lo dejé caer. Era un niño magnífico”, dijo una mujer de 38 años identificada como Myriam D, quien mató a su hijo al darse cuenta que el padre era gay.
Resulta que la mujer contactó al padre de su hijo a través de internet para que le vendiera esperma y así quedar embarazada, pues no deseaba tener sexo con nadie.
Al inyectarse el esperma, en el proceso conocido como inseminación artificial artesanal; y quedar embarazada, la pareja coincidió en empezar una relación, pero al poco tiempo se dio cuenta que el hombre era “doble chip”.
Tras unos meses, la mujer calificó la convivencia como un fracaso y aseguró que cuando el pequeño naciera lo mataría o abortaría.
Y así fue, cuando su pequeño hijo nació, ella no tuvo piedad y cuando cumplió 10 meses lo llevó hasta el balcón de un séptimo piso y lo lanzó. “No recuerdo como me vino la idea.