Los celos en una pareja pueden traer muchos problemas y discusiones, pero para este hombre los celos de su esposa le hicieron perder algo más que la estabilidad de su matrimonio.
Liezel Betitta es una mujer de 32 años que tenía algunas sospechas de que Mark, su esposo, le estaba siendo infiel con la esposa de un amigo, con el cual trabajaba.
De acuerdo a DailyMail.com, la noche del 22 de abril Mark salió con sus amigos a tomar unos tragos, pero después de divertirse con ellos no regresó a casa, sino que prefirió dormir en casa de uno de sus compañeros.
Pero su esposa no creía que pudiera estar simplemente bebiendo con sus amigos, sino que creyó que estaría conquistando a otras mujeres, por lo que se fue a buscarlo furiosa hasta donde él dormía, con un solo objetivo en mente: castrar a su marido.
Al llegar al lugar, Betitta tomó unas tijeras y le cortó el pene a Mark, quien despertó por el fuerte dolor que sentía. Sus amigos lo ayudaron a detener un poco el sangrado y de inmediato lo llevaron al hospital para que pudiera ser atendido.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los doctores no fue posible reimplantar el miembro del esposo, pues el nervio estaba severamente dañado.
Además, la pareja tiene dos hijos de 11 y ocho años, los cuales quedarán en custodia de Mark, pues ha hecho una demanda en contra de Liezel por su agresión.
La mujer fue detenida en la escena del crimen, y aseguró a los policías que no se arrepentía de lo que había hecho porque su marido era un mujeriego, y que estaba lista para afrontar las consecuencias de lo que había hecho.
Los amigos de Mark declararon a DailyMail.com que durante los últimos meses la pareja había discutido mucho por las sospechas que Liezel tenía sobre la infidelidad de él, pero que nunca creyeron que ella pudiera ser capaz de algo así.