Una mujer de Camocim, en la costa oeste de Ceará, en Brasil, llamó la atención de toda la ciudad al cumplir un sueño que arrastraba desde hacía 14 años: celebrar su propio velatorio estando viva.
El dueño de la funeraria, Paulo Araújo, dijo que la mujer insistía desde hacía al menos cinco años en realizar su velatorio allí, pero hasta entonces le había sido denegado ese permiso.
Este año, sin embargo, el dueño de la funeraria estuvo de acuerdo y accedió al pedido de Lucía Vera. Ella se acostó en el ataúd, fue maquillada para la ocasión y estuvo rodeada de flores. También recibió la visita de amigos y familiares que se acercaron para «despedirla».
Lucía explicó que el sueño era viejo. «Quería tener mi funeral hace 14 años. Esperé mucho», dijo la mujer. El propietario de la funeraria también tomó nota de que la mujer, que no tiene hijos, encontró resistencia de su familia. «El marido no quería, pero la familia se rindió», comentó.
La ceremonia se llevó a cabo durante todo el miércoles, de 9:00 a 18:00, con la presencia de familiares, amigos y curiosos. «Vinieron todos: mi padre, mi madre, mis hermanos y amigos. Un amigo incluso lloró y me pidió que me levantara».
En tanto, un empleado de la funeraria reveló que él y sus compañeros se echaron a reír cuando vieron la escena.
Tras ese largo velatorio de nueve horas, la mujer quiso cumplir un último deseo: que le cubrieran el ataúd y fuera traslada durante dos minutos, como si fueran a enterrarla.