Una pequeña ardilla gris puso con los pelos de punta durante dos días a los habitantes del poblado de Buckey, en el norte de Gales, en Reino Unido, donde terminó mordiendo a 18 de sus moradores.
Los habitantes estaban tan aterrorizados que no podían salir de sus casas y reportaban todos los ataques a través de las redes sociales.
Al final la problemática ardilla fue capturada por una vecina, quien le daba de comer en su jardín desde hace varios meses, y luego fue entregada a las autoridades para ser sacrificada.
Todas las personas heridas recibieron una vacuna antitetánica, como medida de prevención.
La ardilla gris oriental, en una especie de roedor que se aparea 2 veces al año y generalmente tiene 3 o 4 crías, tras una gestación de 45 días.