Cada fin de semana, decenas de jóvenes y adultos estudiantes de las escuelas de oficio en el municipio de Tipitapa, llegan con el ánimo de aprender para incrementar su productividad en los pequeños negocios que poseen en las industrias locales, como la electricidad domiciliar y la panificación.
Los cursos que están en su tercer fin de semana de desarrollo han aportado nuevos conocimientos y técnicas que tanto hombres como mujeres ponen en práctica en sus negocios o trabajos.
En la escuela José de la Cruz Mena se imparte un curso sobre electrificación domiciliar. Entre los alumnos hay jóvenes y adultos que se han dedicado a ese trabajo de manera empírica.
Alejandro Matamoros, quien tiene 25 años de trabajar como electricista, indicó que su oficio lo aprendió de manera empírica.
“Nunca nadie se había preocupado por nosotros para profesionalizarnos en esto. Por eso ahora que tengo la oportunidad, mi reto es actualizar mis conocimientos con técnicas modernas”, comentó.
Marcos Castillo, de 57 años, se desempeña como albañil y fontanero. “Yo soy albañil y fontanero, y en el trabajo siempre me preguntan que si le hago a la electricidad. Hay bastante demanda de trabajo en ese sector y ahora que tenemos esta oportunidad de aprender esto, no la voy a desperdiciar”, indicó.
“Todo es útil en la vida y es indispensable tener conocimientos de todo. Este es un avance más, me va a enriquecer para tener conocimiento y aplicarlo ofreciendo servicios en esta área”, agregó.
Benito López, quien se ha desarrollado como electricista en los últimos años, explicó que el curso le refresca la memoria y aprende nuevas cosas.
“Nos sirve para actualizarnos. Ahora los aparatos eléctricos son sofisticados, con nuevas tecnologías. Yo tengo conocimientos que aprendí en los años ochenta y ahora todo ha variado, por lo tanto este curso me ayuda mucho”, aseguró.
La escuela de oficios también dirige cursos especializados en cocina y panadería para jóvenes y mujeres que quieren incursionar en ese empleo.
Alicia Silva, comentó que ella está aprendiendo repostería porque quiere poner una panadería especializada para ofrecer sus productos en el mercado local.
Darling Lazo, de 34 años, comentó que el año pasado aprendió panadería en un curso de la escuela de oficios.
“Ese mismo año pasado me puse a elaborar pan porque es un medio de trabajo. Ahora están ofreciendo este curso de repostería y nuevamente lo estoy tomando porque necesito diversificar la oferta, tenemos que ofrecerle más variedad de pan al cliente”, explicó.
Este fin de semana las mujeres aprendieron a realizar pasteles de manzana, limón, piña, flan de coco y pastel de zanahoria.
Esperanza Corea, que estudia cocina, dice que su meta junto a sus compañeras es organizarse para poner un comedor.
“Ese es nuestro fin, estudiar, aprender y aprovechar. Nuestro presidente se ha preocupado por nosotros para que aprendamos y salgamos adelante”, valoró.
Doña Ivania Ordoñez, otra estudiante del curso de cocina, dijo sentirse orgullosa porque está aprendiendo mucho.
“Aquí estamos con profesores de la Escuela Nacional de Hotelería, que es muy difícil de clasificar para estar en esa escuela, y aquí tenemos a los mejores profesores del colegio que son los que nos están impartiendo las clases, ellos están poniendo toda su dedicación para que aprendamos”, manifestó.
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