Tomador consuetudinario muere con las «botas puestas» en Masaya

El joven Julio Cesar Ortiz Quintero, de 24 años, murió a causa de intoxicación alcohólica luego de echarse sus últimos piquinyuquis en el costado norte de la terminal de buses del mercado Ernesto Fernández, en Masaya.

Pobladores de la zona dijeron que Julio César era conocido cariñosamente como “La Lola” y tenía muchos meses de dedicarse a la ingesta continua de licor que acabaron destruyendo su organismo en horas de la madrugada de este jueves.

Antes de entrar al ejército de adoradores del “Dios Baco”, Quintero Ortiz se desempeñaba como cobrador de buses de la ruta Masaya – Managua.

El cadáver fue examinado por la forense Darling Soza, quien llegó acompañada de peritos policiales a cargo del segundo jefe auxilio judicial, subcomisionado Cardenal, quienes descartaron mano criminal.

El cuerpo de Julio Cesar Quintero Ortiz fue entregado a su mamá, doña Casta Dolores Ortiz López, quien lo trasladó a la que fue su casa ubicada del templo San Jerónimo tres cuadras y media al Oeste en Masaya, para proceder a sus honras fúnebres.

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