Después de que su comercialización se aprobara el pasado mes de agosto, laviagra femenina, el primer medicamento ideado para aumentar el deseo sexual de las mujeres, ya está disponible en las farmacias estadounidenses.
De esta forma, las americanas premenopáusicas a las que su médico así se lo prescriba, podrán, a partir de ahora, comprar un fármaco dirigido a aumentar su libido.
No obstante, la entrada en el mercado de la flibanserina, comercializada bajo el nombre de Addyi, ha estado rodeada de polémica desde el principio. Tanto es así que ha necesitado tres intentos hasta ser finalmente aprobada por la FDA, la agencia que regula los medicamentos en Estados Unidos.
La primera vez que la FDA se negó a darle el visto bueno fue en el año 2010, ya que existían dudas en torno a su eficacia. Tres años después, en 2013, la agencia volvía a hacer lo mismo, pero esta vez porque no estaba segura de que los beneficios superasen los efectos secundarios de estas pastillas rosas.
Durante aquellos años, se produjeron varias campañas -algunas apoyadas por Sprout Pharmaceuticals, la empresa que comercializa el fármaco- deorganizaciones feministas que acusaban a la FDA de estar sometiendo a mayores observaciones esta medicación que las más de 20 que ya hay en el mercado para tratar el mismo problema en los hombres. Algunos especialistas han visto en estas una forma de condicionar a la agencia reguladora estadounidense.
Pero a pesar de que el fármaco que ha llegado hoy al mercado se haya intentado equiparar a la famosísima viagra masculina, los expertos advierten de que no es igual. Mientras que la segunda sirve para combatir la disfunción eréctil, la primeraes más bien un antidepresivo, ya que actúa sobre el sistema nervioso central.
Lo que hace Addyi es intervenir en tres sustancias químicas claves para el cerebro, aumentando la dopamina y la norepinefrina y disminuyendo la serotonina, una sustancia involucrada en el humor, entre otras muchas cosas.
‘Una enfermedad inventada’
El público de esta especie de afrodisiaco comercial son las mujeres que padecen lo que se ha bautizado como «desorden de deseo sexual hipoactivo», una dolencia entre cuyos síntomas destacan un escaso interés por el sexo, tener pocos pensamientos o fantasías sexuales o sentir cada vez menos placer con las relaciones, y que se calcula que podrían sufrir alrededor de un 10% de las mujeres.
No obstante, son varios los científicos que argumentan que este trastorno no es tal, sino que es un problema «patrocinado por la industria para preparar al mercado para un tratamiento específico».
Así lo señala Adriane Fufh-Berman, profesora de Farmacología de la Universidad de Georgetown, quien publicaba el pasado mes de junio en la revista Journal of Medical Ethics un artículo tituladoDesorden de deseo sexual hipoactivo: inventando una enfermedad para vender libido. Berman, quien cree que este desorden ha sido «inventado por la industria farmacéutica» opina que «el estrés, el cansancio, el aburrimiento, los hijos, o la medicación» son factores que contribuyen a reducir la líbido, y que «no se pueden reparar tomando una píldora».
Cuidado con el alcohol
La mujer que decida probar Addyi deberá tomar una pastilla cada noche, con independencia de que vaya a tener relaciones sexuales o no. Pero siempre llevando cuidado de no ingerir alcohol, ya que su uso está cotraindicado mientras se esté bajo tratamiento.
Pero además de éste, hay otros efectos secundarios de la flibanserina que están bajo escrutinio, como son el riesgo de desmayos y la disminución de la tensión arterial.
Además de todo esto, está el efecto en sí de esta viagra femenina, que algunos han criticado por ser demasiado escaso: según la revista JAMA, el porcentaje de mujeres que participaron en los ensayos clínicos y que señalaron que su deseo sexual había aumentado «mucho» gracias a la flibanserina se sitúa en torno al 8 y el 13%.