El joven nicaragüense Saúl Gaitán, de 26 años, quien viajó a España por una amiga quien a los tres meses lo lanzó a la calle, sin dinero y sin comida, ya retornó a su terruño gracias a la solidaridad de varios compatriotras.
A su llegada, Saúl, expresó: “aprendí la lección. El dinero y lo material es el vacío del alma”. Fueron sus primeras palabras desbordado en llanto y con la memoria fresca de haber sufrido hambre y frío en las calles españolas, cuando su sueño se convirtió en pesadilla.
El joven con experiencia en mecánica de moto, agradeció a Dios y a la población que le ayudó con el pasaje de regreso a Nicaragua, aspiración que se concretó la madrugada de hoy, después de la angustiosa espera por casi 2 meses en España.
Su hija de cuatro años, fue una de las más felices en estrecharlo, en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, donde llegaron varios familiares y amigos.
