Al menos 9 personas están siendo investigadas por torturar y sacrificar a seis niños y a una mujer embarazada, cuyos restos fueron encontrados en una fosa común en una comarca indígena de Panamá.
Rafael Baloyes, fiscal superior de la provincia caribeña de Bocas del Toro (noroeste), afirmó en un comunicado que al parecer se trata de los miembros de una secta religiosa que se dedicaba a hacer ritos, y los cuales se presumen son responsables del hecho.
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Los restos encontrados pertenecen a seis menores de edad de entre uno y 17 años y una mujer, con entre cuatro y seis meses de embarazo y madre de cinco de los menores.
Según las autoridades, el miércoles liberaron a unas a15 personas que permanecían retenidas y amarradas por la secta religiosa en la comunidad de Terrón, en la comarca Ngäbe Buglé, una zona indígena de difícil acceso en el Caribe panameño, a unos 250 kilómetros de Ciudad de Panamá.
Los cadáveres fueron encontrados en una fosa común. Posteriormente fueron llevados a una morgue para determinar la forma en que fueron asesinados.
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El director general encargado de la Policía Nacional, Alexis Muñoz, indicó que los rescatados presentaban lesiones corporales por golpes.
Una fuente cercana a la investigación dijo a que entre los 9 detenidos, se encuentra el padre de la mujer embarazada y abuelo de los cinco niños hallados en la fosa.
La Policía detalló que entre los rescatados hay siete niños y dos mujeres embarazadas que han sido atendidos por golpes y quemaduras.
Exorcismos
Dos personas que fueron atendidas recientemente en un hospital habían denunciado que la secta practicaba exorcismos.
Domingo González, testigo de los ritos que logró escapar, contó cómo un hombre golpeó a su propio hijo, al que miembros de la secta habían desnudado previamente.
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«Comenzaron a pegarle con la Biblia y con la mano cerrada. Lo agarraban de aquí (el cuello) y le decían: «quítate el demonio que tienes tú por dentro», relató González. También declaró que una mujer reconoció la muerte de una hija «por no aceptar a Cristo».