En los últimos días, Richard Sheperd, forense que investigó el trágico accidente de Lady Di en 1997 finalmente reveló qué mínimo detalle pudo haber salvado la vida de la joven.
Al parecer, si tan solo la princesa Diana se hubiese abrochado su cinturón, su situación aquel día habría cambiado completamente.
“Si se hubiera abrochado el cinturón de seguridad, probablemente hubiera aparecido en público al cabo de dos días con un ojo morado, algunas costillas rotas y un brazo en cabestrillo”.
Así fue que se conoció que solo Trevor Rees-Jones, guardaespaldas de la princesa, tenía puesto el cinturón y fue el único sobreviviente del choque.
La principal causa de que la joven haya perdido su vida en París tuvo que ver con una diminuta y fatal herida en la vena pulmonar.
