Fallece Don Felipe Urrutia rescatador de la música norteña

Don Felipe Urrutia, cantautor y rescatador de la música norteña, murió la noche de este viernes a la edad de casi 97 años, en su vivienda ubicada en la comunidad El Limón, jurisdicción del municipio de Estelí.

don felipe urrutia

A lo largo de su vida, don Felipe Urrutia rescato más de 60 canciones. Entre las rescatadas celebres están las cantadas en el campamento del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de los años 30 del siglo pasado.

A él se debe la recopilación en viva voz de Pedro Cabrera (clarín del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional), de la canción “Que se derramen las copas”.

La agrupación “Don Felipe y sus cachorros” (nombre puesto por Carlos Mejía Godoy), se dio a conocer en 1984, durante un programa radial.

En sus discos, de ritmos norteños, con acordeón, violines, guitarras dio conocer piezas como La regadilleña, La revienta caites, La quiebra charcos, Malaquita, Jacinto Hernández, Pedro Amador, y La Walter Rugama.

Antes de morir don Felipe le platicó a nuestra corresponsal Isidora Acuña, que siempre fue fiel oyente de Tu Nueva Radio Ya, y que le pedía que en cuanto muriera diera a conocer la noticia a la compañera Rosario y a todos los nicaragüenses.

De momento la familia junto a las autoridades están planificando como serán las honras fúnebres de don Felipe, así como los homenajes que de seguro se le rendirán.

Reproducimos una entrevista del año 2009 brindada a Karla Jacobs, para conocer un poco más a don Felipe Urrutia y el legado que nos deja:

KJ: Aquí estoy en la comunidad El Limon con Don Felipe Urrutia, Felipe de Jesús Urrutia Delgadillo, ¿verdad?

FU: Sí.

KJ: Vamos a hablar un poco sobre la historia de la zona, la historia del pueblo campesino de la zona de Estelí. Voy a comenzar preguntando como era la vida de las familias campesinas cuando Usted era joven, cuando era niño, que hubiera sido como entre 1920 y 1930, ¿verdad?

FU: Yo me acuerdo de todo del 1924 para acá. De muchas cosas pues.

KJ: Porque Usted nació en 1918.

FU: 1918. A ver, del 24, 25 … ya del 1926 me acuerdo bien de todo.

La vida del campesinado era una calamidad

KJ: Entonces desde cuando Usted se acuerda, cuando era niño ¿cómo vivían
las familias campesinas?

FU: Yo me acuerdo que vivíamos en calamidad, porque era una pobreza … Para comprar una yarda de manta había que sacrificarse porque ganaba poco. La manta, la ropa era escasa porque había que ir la a traer de León en carreta o en cargas de mula. Y uno ganaba poco, y no había grandes trabajos.

KJ: Pero, ¿de qué vivían las familias campesinas?

FU: Cada quién sembraba su poquito de frijoles, de maíz, de eso vivían algunos. Y los demás trabajándoles a los otros, barato. Porque yo cuando comencé a trabajar al día, ganaba un real, un real de aquellos tiempos.

KJ: Y con ese real ¿qué podía comprar?

FU: Se compraba, porque todo era barata. Pero ganarse ese real era todo el día. Bueno de ahí, ya el trabajo duro, al machete se ganaba dos reales. Dos reales al día y daban la comidita.

En aquellos tiempos uno no pasaba de dos mudadas. Una para salir y otra para trabajar. Y lo que eran las casas – el que tenía una casa de tejas era un gran rico.

KJ: Y ¿en qué dormía la gente?

FU: En tapesco.

KJ: ¿Cómo era eso?

FU: De varas, un tapesquito de varas, con colchoncito de hojas de guineo – así vivíamos los pobres. [Solo los ricos] tenían camas que le decíamos camas cujas que eran forradas de cuero. Allá donde la hija de Chepe Benavides, allí hay una cama de esas de museo.

KJ: Sí ya la he vista en la casa de la hija de Chepe Benavides.

FU: Sí, tal vez vamos un día.

KJ: ¿Esas camas solo las tenían los ricos?

FU: Eso era para el que podía, el que tenía ganado, tenía huertas, potrero, bueyes.

KJ: Y en ese tiempo ¿podría decir Usted que la mayoría tenía un poquito de tierra para sembrar?

FU: O si no sembraban en lo ajeno, a medias, o alquilado, pero [todos] sembraban su poquito.

La hambruna horrorosa del 1929

KJ: En ese tiempo ¿había comida suficiente o la comida faltaba?

FU: Hacía falta. Una vez, en 1929, hubo una hambruna que casi nos morimos de hambre. En 1929.

KJ: Usted tenía once años.

FU: Sí. ¿Por qué fue eso? No fue porque la gente no trabajara ni por nada, sino que en 1928 en el mes de julio o agosto vino una peste que le llamaban «chapulin.» Era un animalero que vino, no dejó maíz, no dejo potrero. Ese palo [el enorme laurel ubicado frente a la casa de Don Felipe] lo hubiera peloneado en media hora. Así era que ese año hubo hambruna – ¡a no hallar un bollo de pan siquiera!

KJ: ¿Cómo hacía la gente?

FU: Comiendo raíces, algunas frutas – ¡qué iba a hallar un guineo uno!

KJ: ¿Había gente que murió?

FU: Pues casi se murieron muchos. Eso yo la sufrí esa hambruna. Yo con unos muchachos, compañeros míos, pichoncitos estaban, nos íbamos a los montes con unos perros y traíamos conejos, cuzucos, arrancábamos raíces de algunos palos que se come la raíz – el jocote, el jícaro, el otro. Eso comíamos. Y carne cocida solo con sal. Porque ¿dónde iba a hallar una tortilla?

Eso fue horroroso – fue el año que nació Carlito Valenzuela, y el hijo de Chilo, ¿cómo se llama…? Genarito. Ese año nacieron. Casi se murieron de hambre esa gente.

KJ: Y ¿a veces fallaban las cosechas por falta de lluvia?

FU: Eso es otra cosa. Hasta después en 1945 fue que hubo una sequía que no llovió 18 meses – los dos veranos y un invierno que no llovió del todo.

KJ: Entonces ¿ese año no hubo cosecha?

FU: No, pero pasó la gente, no fue como la hambruna. Eso [la hambruna] ¡niquiera Dios! ¡Ni me quisiera acordar! Mataron un ternero por allí para cocer en agua y comer con sal, vacío. La comida de algunos era cuajada con dulce y agua. Eso era horrorosa es hambruna, niquiera Dios que vuelva a venir.

Bueno ahora no hay hambrunas, porque sí no tiene con que comprar, asalta un supermercado de esos. Y en ese tiempo ¿a quién le iba a robar si nadie tenía?

KJ: Hablando de los años cuando estaba normal la cosecha – ¿la mayor parte de la comida se compraba, o ahí estaba la comida en el campo?

FU: Algunos, pero el que podía sembraba aunque no tuviera tierra porque le daban a medias o le alquilaban y sembraba. Pero habían algunos que no podían y entonces tenían que comprar.

La vida era alegre pero había discriminación como siempre

KJ: Hablando de la vida artístico, Don Felipe. ¿Cómo era la vida cultural del campesinado? ¿Cómo se divertía la gente?

FU: Pues en los cumpleaños, en las celebraciones de algún santo. Los instrumentos era guitarra, mandolina, violín y acordeón.

KJ: ¿Habían muchos músicos? ¿Había alguien que podía tocar en cada comunidad?

FU: Había, y sino invitaban de otras comunidades, a los que ya se sabía que eran músicos.

KJ: Y ¿cómo eran esos eventos? ¿Qué hacía la gente? ¿Bailaban?

FU: Bailar, cantar, comer. Y cuando moría algún niño también lo bailaban.

KJ: Y ¿cómo aprendían los músicos a tocar? ¿Puro oído?

FU: Pura naturaleza, puro oido. Habían músicos letrados, pero eran de la ciudad. Esos no salían a los campos.

KJ: ¿Diría que la vida de un campesino era alegre?

FU: Alegre, porque se divertía, no había tanta maliantería como ahora. No había ningún peligro.

KJ: ¿Considera que había más unidad entre la gente?

FU: Sí, como eramos menos gente que ahora. Ahora está uno que no alcanza, de ahí viene la discordia, de ahí viene el malestar entre la familia. entre la gente.

KJ: ¿Muchas personas y pocos recursos?

FU: Sí. Ahora es la aglomeración de gente lo que hay, y la desocupación porque no hay trabajo para tantos.

KJ: ¿En ese tiempo había trabajo para el que quería trabajar?

FU: Había trabajo para todo mundo, porque en vez de un carro era una carreta, y una carreta ocupa dos mozos, abundaban las carretas, esas eran los vehículos pues. Y después de eso, la madera se cortaba con acha, no con esa moto sierra. Había trabajo para cercar, para todo, en la molienda, moler caña para hacer dulce. Para todos había trabajo.

KJ: Y en Estelí en ese tiempo ¿se podía comprar productos importados, o solo habían productos nicas?

FU: Habían productos importados pero venían a Corinto, de Corinto a León, y de León había que ir los a traer en carreta. El alambre, las grapas, las pacas en que venía la ropa, los machetes, … todo, todo venía a Corinto, De Corinto a León en tren, de ahí había que ir los a traer en carreta.

KJ: En general, Don Felipe, ¿cómo considera Usted que eran vistos los campesinos por la gente de la ciudad? ¿Había discriminación?

FU: Como siempre, el pobre siempre es pobre. Yo trabajé en fincas donde el mandador comía en un comedor, buena comida, y a uno le daban por un hoyo ahí, un plato de tortilla, frijoles, y un tuco de cuajada, a buscarse donde sentar a comer. Es discriminación eso. Así, así.

KJ: ¿Eran vistos, entonces, los campesinos como seres inferiores?

FU: Como siempre, como siempre, como ser inferior. Allí en esas siembras de esos cafetaleros de allí … cuidan mejor al chanchito que tienen allí donde Pedro [uno de los hijos menores de Don Felipe que vive en la misma finca]. La comida que le daban [a los trabajadores] … fíjese que un perro de ahora no comiera esa comida que le daban. Yo nunca anduve, pero miré. Allá unos ranchos aparte de la casa del patrón y del mandador, allá el campamento de los mozos, aparte, allá, para que no echen el tufo al rico. Bandidos.

Antes era más fresco y húmedo porque el país era pura montaña

KJ: Querría preguntar un poco sobre lo que es los recursos naturales. Durante su vida ¿cuáles son los cambios de clima que ha observado aquí en la zona de Estelí?

FU: Pues antes los fríos eran más, porque había más montaña. Y garrugaba todos estos meses de noviembre para acá. Hasta ahora en estos días [finales de enero] se calmaba, porque eran selvas, eran ocotales, unos nieblinales con garruga.

KJ: ¿Toda esta zona de aquí, de Estelí, era pura montaña?

FU: Sí. Sí. Yo me acuerdo bien.

KJ: Y ¿cómo eran esos bosques?

FU: Ahí están las troncas en esas faldas de ahí, ve. Era selva, selva. Ahora hay montaña, que le llaman montaña, pero es mantecita de hierbas. Esas eran maderas grandes, quebracho y todo, y en las alturas era el ocote, el pino.

KJ: Y ¿habían animales silvestres?

FU: Animaleros. Habían zajinos, habían venados, pavones, pizotes. Ese Bolsón, cuando llegó Hilario Gámez ahí, eso era que no dormía uno oyendo animales de noche, cantando, y los leones pegando ahuidos.

KJ: ¿Monos?

FU: ¡Eh! De toda clase, de unas cara blanca, de unas grandes prietas. El pavón ¿no lo conoce Usted?

KJ: No.

FU: Es un chumpe. ¿Conoce los chompipes?

KJ: Sí.

FU: Ah, bueno. Eran manadas. Una vez tiré dos y me costó venirme desde el Bolsón.

KJ: Entonces era más helado, y había más lluvia.

FU: Era helado, helado, pero un fresco agradable. Estos fríos que han estado haciendo ahora, más bien me enfermo.

KJ: Y más húmedo, más lluvia.

FU: Había más lluvia, a cada rato garrugaba aunque estuviéramos en verano. Dicen que hay que arbolizar ahora, para que vuelva, para que haya agua en el río. ¿Quién va a sembrar palos para que haya agua y otros rieguen? Estarles haciendo la bolsa a los que pueden.

KJ: ¿Usted a qué debe la destrucción de los recursos naturales en la zona de Estelí?

FU: La misma aglomeración de gente que ya no hallan donde trabajar. Ahí no viven diciendo que les demos donde sembrar en los montes de ahí.

Hasta los troncos han llevado las grandes empresas de madera

KJ: ¿Usted ha visto que ha venido aquí empresas transnacionales a exportar madera?

FU: ¡Uuuuyy! No me diga hombre. Toda esa montaña de los Cipreses, vino una contratista de madera – todas esas maderas están ahora en Japón o en saber adonde. El huayacán, todas las llanuras de Sébaco, todo eso fue a parar a Japón esa madera. Es que esa madera era invencible y la ocupan para barcos, porque el agua no le hace nada.

Las compañias de Puerto Cabezas, todo eso ahí. Yo no sé esa fábrica de quién sería, transnacional sería, pero es una tronquera. Es una fábrica de troncos de ocote. Es una mecolcha tan buena, la trituran y le hacen, y sacan aguaraz y yo no sé que diablo más. Eso le sacan del tronco que dejaron las otras compañias que vinieron a cortar madera. Ahí están aquellos grandes campamentos abandonados.

KJ: ¿Dónde dice? ¿En Puerto Cabezas?

FU: En Puerto Cabezas, pero no en la ciudad, nosotros donde anduvimos fue lejos de la ciudad, se llama la tronquera ahí, ese lugar, porque estaban sacando los troncos para hacer eso.

KJ: Usted cuando era joven conoció mejor dicho toda Nicaragua, ¿verdad?

FU: Pues, en aquellos tiempos conocí León en carreta, conocí la frontera de Costa Rica, desde Ocotal hasta la frontera de Costa Rica arriando ganado – a pie.

KJ: Me imagino que cuando Usted anduvo todo ese territorio a pie era bien diferente a como es hoy.

FU: Este camino [el camino rural de la comunidad de El Limon que pasa por la casa de Don Felipe] es carretera comparado con el caminito de esos tiempos [donde ahora está la carretera Panamericana]. Unas pantanales, ríos crecidos, zancudales que no dormía uno espantando zancudos.

KJ: Hablando en términos del recurso del bosque. ¿Ha visto que ha habido despale general en todo el país?

FU: En toda Nicaragua, en todas partes. Donde hay madera, pues, donde había madera, eso ha sido para los demás.

KJ: ¿Para exportar?

FU: Para exportar. Tan siquiera fuera para beneficio de aquí. Por eso es que ahora el horcón es de hierro, la tabla es de cemento, y todo, las perlines, las alfajillas, la teja es el zinc, porque eso se perdió ya esa tradición de las tejas. Antes el que tenía una casa de tejas, ¡dios mio! ese era … Había una teja que la sacaban del pino, como esas, le hacen más anchitos y le hacen un hoyito y una estaca y eso lo van trabando, y queda como teja.

Los bandoleros de Sandino

KJ: Querría que habláramos un poco sobre la historia política. Querría preguntar que más o menos, ¿qué edad tenía Usted cuando escuchó hablar la primera vez sobre el General Sandino?

FU: En el 1927 fue. Había una guerra entre Moncada y Emiliano Chamorro, echando a pelear la gente, a matarse. Pero de ahí se hicieron un tratado, Moncada con los Yanquis creo con fue. Pero a Sandino no le gustó eso. Porque Sandino era general de Moncada, en el Partido Liberal de ese tiempo. Y el de los Conservadores era Emiliano Chamorro.

Entonces a Sandino no le gustó el tratado que hizo, que vendió la patria – ahí no dice la canción. Y fue cuando Sandino se rebeló y agarró para la montaña.

KJ: En ese tiempo Usted era niño.

FU: En el 1927.

KJ: Hubiera tenido nueve años.

FU: Nueve años tenía. Y como eso dilató hasta el 34.

KJ: Y ¿se hablaba bastante?

FU: ¡Eh! Ahí vienen los bandoleros, decía la gente. Pero esos eran grupos que habían aquí.

KJ: ¿Eran los del lado de Sandino?

FU: Sí. Y como a esos nadie les protegía ni nadie les ayudaba en nada, pues tenían que buscar comida en las casas. Eso era la cuestión de los bandoleros que le decían. Pero eran grupos de hostigamiento porque lo grueso de Sandino era en la montaña, pero la guardia de aquí se mantenía ocupada con esos grupos que andaban y andaban y andaban.

KJ: Y en general Usted considera que la gente del campo, la gente de la zona de aquí, apoyaba a la lucha de Sandino.

FU: Claro que sí. Y eso era prohibidísimo, era muerte seguro – «Aquí comieron los bandoleros?» «Sí» «Va pues, pase para acá.» Pero ¿qué culpa tenía uno? Brutos. Pero como eran los Yanquis que mandaban, los que estaban a la cabeza de todo eso, a ellos no les importaba.

Los bandoleros se llamaban así porque, ellos no robaban para hacerse rico, sino lo que robaban era comida pues, porque ¿quién les iba a mantener? Y echaban contribuciones – «dígale a julano que me mande tanto, tantos pares de caites, tantos pares de zapatos» y al otro, la comida.

KJ: Y ¿la gente lo hacía por su propia voluntad?

FU: Lo hacía por miedo, sería, algunos por voluntad.

KJ: Entre la población campesina ¿considera que había un nivel de entendimiento sobre de qué era la lucha de Sandino?

FU: De qué se trataba, sí.

KJ: ¿Y la gente sentía la necesidad de un cambio?

FU: Al final tenía esperanza la gente de que algún día se iba a terminar eso. ¿Cuantos años duró entonces, pués? Del 27 al 34 que fue cuando murió Sandino.

KJ: Siete años.

FU: Siete años. Eso duró.

La limpieza de la guardia Somocista

KJ: ¿Y cómo reaccionó la gente pobre, la gente de las comunidades cuando mataron a Sandino?

FU: Yo, por lo menos, una tristeza. Esperando a saber qué. Y eso no fue nada porque después de que el murió, hubo limpieza – «el Julano era bandolero.» «Hay que matarlo, tráigalo para acá.» «El fulano andaba con ellos.» «El otro era colaborador.» En fin, esa limpieza, eso fue horrorosa.

KJ: ¿Pero fue el gobierno central o fue el ejercito que hacía eso?

FU: Una ley que le dieron al ejército que había que limpiar eso. Pero aquí [en Estelí] había un teniente, Salvador Zapata se llamaba, que era dueño de ahí de esa hacienda de Panamá Soberana, ahí donde está El Rosario, todo eso era de ellos ese barrio. Ese teniente paró eso. Salvó a mucha gente, a Andalecio Aróliga, a mucha gente.

KJ: ¿Cómo cuantos años duró esa situación, que dice Usted, la limpieza?

FU: Como dos años.

KJ: ¿Mataron a bastante gente?

FJ: Sí. A mi me dijo un Señor del Ejército Defensor [De Sandino] que ellos se capearon de eso a puro monte, comiendo frutas en las montañas. Así se pudieron capear algunos de los mayores, de los que de verdad andaban con el. Porque los de aquí eran colaboradores. Y eran perseguidos muchos aquí en Estelí hasta que ya les dieron un papelito y los dejaron en libertad pero tenía que andar medido uno.

KJ: ¿Cómo era ese papelito?

FU: Era un salvoconducto.

KJ: ¿El gobierno daba esos papelitos?

FU: No, fue ese teniente, Salvador Zapata.

Después de Sandino y antes del FSLN

KJ: Hagamos cuenta que Sandino murió en el 34, y se fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional en los años sesenta. Entonces ¿cómo eran esos treinta años entre la muerte de Sandino y la formación del Frente?

FU: Mandó la guardia, de Somoza, los Somoza.

KJ: ¿No había resistencia?

FU: Nada. ¿Qué iba a haber? Había el Partido Liberal Independiente, pero esos eran perseguidos, encarcelados. Que todavía puede haber alguno … ¡ah sí! un señor que se llama Dámaso Picado. Ese hombre puede dar razón de esa era cuando los del Partido Liberal Independiente vivían presos, hostigados, martirizados. No podían ni trabajar, ni vivir, para ellos no eran gente, pues. Allá está ese señor, Dámaso Picado, ese supo todo eso.

KJ: Ese partido, el Partido Liberal Independiente era una organización política, no era una organización militar.

FU: No, militar no. Estaban organizados como en sindicatos. Y eso de organizarse, de sindicalizarse, eso era prohibidísimo.

KJ: Y durante esos treinta años ¿había represión en el sentido de que la Guardia mataba a la gente?

FU: Mataban y nada le hacían, no había investigación. Lo mató porque se corrió, o lo mató porque se opuso, o por cualquier cosa.

KJ: Usted personalmente ¿tenía amigos y familia a quiénes los mató la Guardia?

FU: ¡Eh! A mí me mataron varios, entre ellos nueve sobrinos, pero eso ya fue cuando estaba el Frente, cuando las guerillas pues.

KJ: Yo tengo entendido que ya en los años sesenta y setenta la opresión fue más fuerte.

FU: Hubo un tiempo cuando los jóvenes no pudieron ir al pueblo. El delito era ser joven, porque decían que eran Sandinistas. Polo y Pedro y Luis [hijos de Don Felipe] – no los echaron preso una vez, pues, solo porque andaban en la calle.

Estelí, tres veces victorioso

KJ: ¿Cuando se comienza a escuchar en los barrios y en las comunidades que existe una organización que se llama el Frente Sandinista y que es una organización que se basa en los principios y en los ideales de Sandino?

FU: Desde que comenzaron los primeros combates, ya se declaró pues, el sandinismo. ¿En qué año fue? El año en que mataron al chavalo mío … el 78. A los nueve días [del muerte de mi hijo] ahí no más fue la primera insurrección.

Antes de eso habían combates y asaltos en las montañas, pero aquí en Estelí la primera insurrección fue en el 78. Y de ahí la tercera fue al año y la última fue hasta que se terminó.

KJ: Y ¿qué recuerdos tiene Usted de esas insurrecciones?

FU: Huyendo de la Guardia – porque habían tres anillos alrededor de Estelí, allí en La Tunosa uno, otro en el Agua Fria y otro en la entrada al pueblo. ¿Dónde se iba a salir uno si por donde quiera te agarraban? Pero así rompían el fuego y de algún modo uno llevaba alguna razón o le traían de allá de alguna manera, un viejo, algún tullido, algún enfermo y ese traía alguna razón.

KJ: Y ¿en general considera Usted que el pueblo pobre apoyaba esa insurrección?

FU: Todo mundo, todo mundo, mujeres, niños, ancianos, solo el que no podía moverse, ese tenía que aguantar, pero fue todo el pueblo en general … hasta que los sacaron.

Y Somoza había dicho – el día que se tomaran Esteli, ese día se iba – y así fue. Es que Estelí en la cuenta de él era la ciudad donde la Guardia era más poderosa, más organizada.

KJ: Y ¿cómo fue la sensación de haber triunfado?

FU: De hacernos locos casi.

KJ: ¿De alegría?

FU: Sí. Pero entrar a esas calles de Estelí, era como entrar en un … no hallo como. Ahí se tropezaba uno en los muertos, los catastes quemados, la ciudad destruida, destruida en un llano. No se conocía donde era la casa de Fulano aquí. Ahí donde vive Ulíses Gonzalez ahí solo era el solar, el patio, nada más, y así, todo Estelí. Eso era horroroso, ni me quisiera acordar.

KJ: La historia de Usted, es una historia … bueno y podemos generalizar para hablar de todo lo que es el pueblo nicaragüense …

FU: Bueno, eso cada quién en su ciudad, porque yo lo de León no puedo decir como fue, lo de Matagalpa no puedo decir.

KJ: Pero hablando en términos de situaciones tan difíciles, tan duras. Me parece que esta historia es como un golpe tras otra golpe … porque hemos hablado de hambruna, de sequía, de guerra …

FU: Je je je … si es que yo he sido martirizado toda mi santa vida. Desde los años veinte que comenzó la guerra entre Moncada y Chamorro de ahí ha sido un solo – guerras, revolución, que no sé qué. A cada rato habían revoltillos de combate, de ahí ya la guerrilla, la hambruna. ¡Si es que es un milagro que esté vivo!

KJ: Pero pensando sobre toda esa historia, ¿cuál considera que ha sido la época más dura?

FU: Claro que la guerra, porque habían dos cosas, había hambre y había peligro de muerte – porque ¿cómo iba a ir a buscar comida uno? Sin sal, sin café, sin más nada. Es un martirio eso.

Estamos en buenas manos con este gobierno

KJ: Hoy en día tenemos el segundo gobierno Sandinista en el poder – ¿cómo se siente Usted con este gobierno?

FU: Pues, tranquilo. Yo me siento tranquilo. Hay peligro por maliantes, pero es por zona, y ya son delitos comunes no es con todo el pueblo.

KJ: Y ¿cómo mira el trabajo que está haciendo el gobierno?

FU: Va bien. Va bien. Pero nadie da gusto en la vida. Ni Jesu Cristo dio gusto. Ahora uno. Si queda bien con uno queda mal con otros – «¡ideay! a el le dio, y ¡a mi no me dio!

KJ: ¿Usted considera que puede volver una situación de conflicto armado en Nicaragua?

FU: Bueno, eso es lo que quieren los señores esos. Esos que dicen que les robamos las elecciones. Eso es lo que quieren porque a ellos les da negocio eso. Es que la guerra es negocio para cierta gente.

KJ: Pero ¿considera Usted que el pueblo estuviera dispuesto?

FU: No quiere el pueblo. Ellos quieren ya armar la guerra aquí pero no pueden. No pueden porque no tienen apoyo para eso. Por el gusto de ellos, ellos echan a pelear la gente y para ellos que vengan los reales. Pero no hallan como principiar. Vamos a ver. Dios primero que guerra no vuelva a haber.

KJ: ¿Qué espera de este gobierno para sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos?

FU: Pues si yo me muera, quedan en buenas manos. Quedan en buenas manos.

KJ: Bueno, Don Felipe, muchísimas gracias.

FU: Algo, algo de lo que me acuerdo. Es que yo, fíjese que cuando me entrevistan me acuerdo de algo, pero de aquí a mañana ya tengo más que decir.

KJ: Ah pues, voy a venir pasado mañana para que sigamos hablando.

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