La joven Briseida Hernández Gutiérrez, de 19 años de edad, murió minutos después de ser mordida en el pie izquierdo por una serpiente barba amarilla cuando pescaba a orillas del río Coco, en su paso por la comunidad San Andrés de Bocay, en Wiwilí, Jinotega.
En un intento por salvarle la vida, familiares de Briseida Hernández la trasladaron al centro de salud de San Andrés, de donde fue remitida al hospital de Wiwilí, pero lamentablemente falleció en el trayecto.
El forense de la zona indicó que el veneno de la serpiente barba amarilla le provocó un sangrado digestivo a la joven y luego le paralizó el corazón.