La agenda cotidiana genera que las defensas desciendan y así las posibilidades de enfermarse aumenten . Un especialista determinó tres actividades sencillas para enfrentar las situaciones cotidianas demandantes
El estrés tiene sus efectos a corto, mediano y largo plazo. La ciencia ya comprobó que puede causar problemas cardíacos o que podría estar relacionado con el cáncer de próstata, pero sus consecuencias también pueden sentirse en el momento.
Cuando se atraviesa una situación estresante, el cuerpo ingresa en una especie de «modo de defensa». Los niveles de hormonas del estrés, la adrenalina, y de cortisol aumentan, al igual que el ritmo cardíaco, la presión arterial, la respiración se acelera y hasta los músculos se tensan.
«Estos cambios fisiológicos pueden ser útiles si se está frente a una emergencia, pero no cuando se está constantemente bombardeado por molestias más comunes, actividades laborales, familiares, los múltiples compromisos», explicó Gail Saltz, psiquiatra especializado en salud, sexo y relaciones.
Estas constantes modificaciones en el organismo ante una situación -o situaciones- producen un estado hiperactivo, pero esa vaivén de «lucha o huida» en períodos repetidos agota, debilita la respuesta inmune, lo que provoca diversos síntomas, que van desde problemas gastrointestinales, dolores de cabeza e insomnio o desde infecciones respiratorias a enfermedades coronarias, explicó el especialista.
Las claves
De acuerdo a los expertos, una de las mejores estrategias para reducir el estrés es a través de la respiración profunda: inhalar mientras se expande el abdomen, pausar, y luego exhalar lentamente mientras se cuenta hasta cinco. Repetir durante unos minutos.
Otra técnica hiper efectiva es realizar una caminata de 20 minutos, ya que esto sirve para bajar los niveles de hormonas del estrés.
«Tampoco hay que subestimar el poder de una buena sesión de relax con un amigo, socio o terapeuta. Hablar ayuda a disminuir el estrés con bastante rapidez. Además, interrumpir momentos tensos con una broma también ayuda», comentó Saltz al Times.
«Como adultos, nos olvidamos a menudo de lo importante que es jugar. Eso significa dejar las actividades, olvidarse del trabajo, para ver una película al mediodía o sólo ‘apagar’ el correo electrónico luego de la cena para ver una serie de TV», finalizó.