Opinión: Nicaragua frente a huracanes y pandemias

En una extraordinaria canción, acompasada con esos ritmos tan latinoamericanos, el argentino Piero, canta que, a Nicaragua, no hay huracán ni tormenta que le pare la carrera. Nunca mejor dicho unos versos.  

Este país centroamericano recientemente,  con apenas  días  de  diferencias, enfrentó el paso de dos huracanes categoría 4 y 5.  Huracanes que se registran como los más intensos del Caribe, en casi un siglo, desde 1932 no se han  registrado  fenómenos de dicha magnitud.

Todo como consecuencia del Cambio Climático, Recalentamiento Global, Efecto Invernadero o  Capital Fósil,  como lo denomina el sueco Andreas Malm.

Este país, junto a otros del área, así como Filipinas o Bangladesh, son, en realidad, los más vulnerables del mundo, en cuanto a los efectos climáticos ocasionados por el capitalismo depredador. 

Obviamente, a esto habría que agregarle las secuelas de la Pandemia de la COVID-19 que han sido devastadoras, principalmente en los países con sistemas neoliberales e incluso en los denominados del primer mundo y, que en un país como Nicaragua, ha sido exitosamente agenciada por medio de una estrategia que el Gobierno Sandinista denomina:  Estrategia Singular.

Esta se sustenta, en un modelo de salud público potente que ha construido en los últimos años más de 18 hospitales de referencia regional y que está al servicio de la comunidad, un sistema integrado por múltiples instituciones con experiencia en la gestión de desastres naturales y enfermedades epidémicas, el cual también se activó para coordinar las acciones una vez se supo del posible impacto de los huracanes mencionados. 

Agregar también, que es una población joven y con altísimas tasas de vacunación, promovidas por el Sandinismo,  contra enfermedades como el neumococo, rotavirus, polio, tuberculosis, etc,  lo cual, indican los expertos, contribuye a que estas sociedades generen anticuerpos, asimismo, ha contado con el intercambio de experiencias con países que han gestionado muy bien la pandemia.

Ahora bien, el país no se confinó drásticamente y sus circuitos productivos continuaron diligentes, lo cual permitió, según la CEPAL,  ser el que más creció en sus exportaciones en el continente. Esto durante el mundo estaba recluido: 14% creció en exportación de diversos productos. 

Si hacemos la comparativa entre la gestión de la pandemia del país centroamericano, con otros que se dicen, líderes o  potencias mundiales, las diferencias son estratosféricas.

Las llamadas potencias dejan mucho que desear. Nicaragua, ha sabido equilibrar y controlar de la mejor manera la pandemia, sobre la base de sus propias experiencias y recursos, al igual que lo han  hecho Venezuela, Cuba, Vietnam, entre otros modelos que se guían por derroteros diferentes a los del capitalismo. 

Ahora bien, con relación a los huracanes IOTA y ETA, el Gobierno Sandinista, emitió las alertas correspondientes y movilizó de forma temprana y preventiva toneladas de alimentos, insumos para albergues,  el ejército y la policía Nicaragüense en una movilización sin precedentes, en cuestión de horas evacuó a comunidades enteras ante los huracanes.

Estas familias se refugiaron en albergues y casas acondicionadas para ello. Esto, debido a la capacidad de respuesta de un Gobierno comprometido con su pueblo. Todo esto pasó con el telón de fondo de la pandemia de la COVID-19 y otras pandemias a las que referiré  brevemente. 

En la actualidad, las familias evacuadas han sido trasladadas a sus localidades y el Gobierno activó diversos programas y proyectos para su re-integración a la vida cotidiana, consiguiendo en tiempo marca, restablecer los servicios de primera necesidad en estas comunidades, ante el impacto devastador en la infraestructura de los huracanes.

Esto recientemente, fue constatado y comprobado por el Director regional del PMA, que reconoció los esfuerzos del país en las acciones puestas en marcha para la recuperación de las zonas afectadas.

Se lamentan  las víctimas y la destrucción material, pero cabe contrastar las inmensas diferencias de la Nicaragua que enfrentó a un huracán Mitch, de menor potencia destructiva,  sin embargo, Nicaragua en ese tiempo estaba  gobernada por la derecha, con un presidente y políticos corruptos e incapaces a la cabeza. 

Nicaragua hoy, ante estas tragedias no sale corriendo a la mendicidad internacional,  solicita: Solidaridad con Respeto, como debe ser,  tal como se deben regir las relaciones y como lo estipulan, en teoría, quienes pretenden marcar el rumbo de la geopolítica, aunque sabemos que  en cuanto a esto, los llamados centros de  poder, juegan a un doble rasero. E ahí, las otras pandemias a las cuales  referíamos anteriormente. 

El país de Sandino, una vez más lanza una lección imperecedera al mundo: la resistencia es la forma de avanzar, pues a esos dos huracanes, a  las tormentas, a  la pandemia, le acompañan otras pandemias, contra las que batalla: la de la mediática internacional, por ejemplo que, todo esta buena gestión, fruto de instituciones democráticas, populares fuertes, al servicio de la gente, que resumimos en este breve escrito, la invisibilizan y   tratan de demeritarla.

 A esto, hay que agregarle, la peor  de las pandemia: la injerencia, la intromisión, los intentos de avasallamiento y subalternización, perpetrados por las denominadas potencias que, como bien lo dijimos, han pretendido desde Westfalia, dominar a otros pueblos, contra esto,  el país centroamericano, particularmente el Sandinismo, tiene harta experiencia, haciendo patente lo que el mismo Piero dice en la canción  ya citada: El pueblo Lucha y Trabaja, por la Paz y por la Vida.     

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