Al estar expuestos a un entorno laboral sometido a constantes cambios, exigencias y falta de liderazgo, el empleado tiende a sufrir por naturaleza un desequilibrio emocional que pone en riesgo su óptimo desempeño y, por tanto, su crecimiento profesional.
Según los expertos, aprender a gestionar los sentimientos negativos en el trabajo depende del grado de inteligencia emocional de cada individuo y su capacidad de autocontrol. Si usted no lo ha logrado, aquí le dejamos algunos consejos.
1) Motivación- Una de las principales claves para el manejo de las emociones es la automotivación. Una habilidad para estimularnos y entusiasmarnos con el fin de satisfacer nuestros deseos, metas, objetivos o expectativas sin depender de terceros o eventos externos.
Esta acción nos recarga de emociones positivas, nunca esperemos una palmadita en el hombro o la frase ‘¡vas muy bien!’ para poder tener la fuerza de continuar.
2) Encuentre el detonante- Identificar el motivo de nuestras reacciones negativas ayudará a mermar nuestros impulsos agresivos. Usualmente sin darnos cuenta acumulamos enojos que con el más mínimo estímulo se presentan. Piense con “la cabeza fría” y recuerde que no todo el mundo tiene la culpa de lo que le pase.
Al determinar un posible inconveniente, se sugiere tomar distancia, reflexionar y buscar soluciones previas; y ante imprevistos de los que no tenemos control, buscar un plan B de inmediato reaccionando con inteligencia.
3) Aprenda a ser positivo-Los pensamientos positivos ayudan a desarrollar o potencializar la creatividad y mitigan las emociones negativas.
Para liberar las emociones, se recomienda hacer ejercicio, escuchar música o buscar un pasatiempo de su interés. Reprimir las emociones podría dañar su salud.
4) Haga ejercicios de respiración- Es muy importante reservar tiempo para el descanso mental y físico a través de técnicas de relajación como la respiración: inhale por la nariz contando hasta cuatro, luego repita el conteo exhalando siempre por la nariz, esto baja la presión sanguínea, promueve sentimientos de calma, aumenta la concentración y reduce el estrés.